Dom 04.10.2009

ECONOMíA  › ¿QUE HAY DE NUEVO EN ESTE FMI?

Pero si estás igual

› Por Tomás Lukin

La lista de aciertos en los pronósticos del Fondo Monetario Internacional durante la actual crisis financiera global es bastante estrecha. Mientras los economistas del establishment local dedicaban apocalípticas estimaciones al futuro inmediato de la economía argentina, los directivos del organismo multilateral de crédito aseguraron repetidamente, desde octubre de 2007, que “lo peor de la crisis había terminado”. Pero, al igual que los especialistas domésticos, el FMI le pifió sistemáticamente. Dominique Strauss-Kahn llegó a asegurar que la crisis se podría haber evitado si los países desarrollados hubieran escuchado sus advertencias. A este escenario, como explicó a Cash el prestigioso economista James K. Galbraith (hijo de John Kenneth Galbraith), hay que agregarle el comportamiento esquizofrénico que mantuvo el Fondo entre su discurso y las condicionalidades impuestas a los países con los que firmaron acuerdos. Los sucesivos finales de crisis sentenciados por el organismo multilateral fueron seguidos por la quiebra de los bancos más importantes del mundo y el constante deterioro del mercado de trabajo. Pero tras los acuerdos alcanzados en el marco del G-20, el FMI vuelve a ser el responsable de asegurar la estabilidad financiera internacional. Por ese motivo, resulta reveladora la secuencia de sus recientes estimaciones fallidas sobre la crisis.

- “Las consecuencias sistémicas de la crisis serán manejables” (AFP, 11/08/2007). Desde la incertidumbre y el desconcierto, el vocero del Fondo, Masood Ahmed, desestimó la relevancia de la fragilidad que implicaban las hipotecas subprime. Todavía estaba en discusión una reforma para sacar al Fondo de su propia crisis producto de la limitada utilización de sus líneas de crédito.

- “Hemos experimentado una crisis complicada que se ha expandido con muy malos resultados. El último caso ha sido el de Northern Rock. No obstante, creo que la situación está ahora bajo control. Nadie puede saber que puede pasar en una semana o dos, por eso no diré que está resuelto. Pero todo lo que se podía hacer, se ha hecho” (Strauss Kahn, 01/10/2007). Semanas antes de asumir como titular del organismo, y quince días después que el banco británico hubiera recibido una inyección de liquidez que derivó en una corrida sobre los depósitos de la institución. La situación no estaba bajo control y el gobierno británico tuvo que hacer un poco más. En febrero de 2008 Northern Rock fue nacionalizado.

- “Tenemos buenas razones para creer que la mayor parte de los ajustes financieros se han realizado, principalmente en Estados Unidos pero también en Europa. Lo peor ya ha pasado” (DSK en la Comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo, 15/05/2008). Uno de los principales ajustes a los que se refería Strauss-Kahn era la compra de Bear Stearns por parte de JP Morgan, operación que contó con el visto bueno de la Reserva Federal para evitar que su quiebra afectara a todo el sistema.

- “Con las limitaciones que enfrenta la política monetaria, la política fiscal deberá jugar un rol determinante para impulsar la demanda” (FMI, febrero 2009). Olivier Blanchard, el economista jefe del organismo, redescubría sus orígenes keynesianos y abogaba por los estímulos fiscales. Pese al reciclaje que exhibe públicamente el FMI, los requerimientos para sus préstamos siguen siendo los mismos. Los casos de Bielorrusia y Ucrania requerían la aplicación de leyes de déficit cero recortando gastos sociales y congelando salarios públicos. Las políticas de restricción de demanda (alza de tarifas, mayores tasas de interés y ajustes del gasto) son el denominador común en los acuerdos que viene realizando desde el año pasado con los países de Europa del este. Sus nuevas líneas de crédito sin condicionalidades para aquellos países con “buenas prácticas institucionales” (Blanchard) son hasta ahora herramientas “testimoniales” a las que sólo accedieron México, Colombia y Polonia en fines precautorios.

- “Hoy el mundo luce diferente. La crisis no terminó, pero espero que ahora lo peor está por detrás nuestro” (AFP, 24/09/2009). Más de un año después de haber sentenciado el fin del descalabro financiero repetidas veces, Strauss-Kahn sigue con la misma fórmula.

El FMI viste y habla diferente, pero sigue siendo el mismo: continúa aplicando las mismas condicionalidades y fallando en sus predicciones.

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