El presidente de la Comisión Nacional de Valores, Eduardo Hecker, renunció ayer por la mañana a su cargo. En el comunicado que difundió cuando la noticia ya se había hecho pública adujo “motivos estrictamente personales”. Sin embargo, fuentes cercanas al funcionario confirmaron que las diferencias que mantenía con el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, sobre cómo supervisar a las empresas cotizantes en la Bolsa fueron determinantes para sellar su salida. Incluso en la city se especuló con una supuesta negativa de Hecker a avalar la posible designación de inspectores en Metrogas, TGN, Autopistas de Sol y Papel Prensa. Lo reemplazaría su vice, Alejandro Vanoli.

Hace varios meses que Hecker estaba evaluando salir del Gobierno debido a la relación tensa que mantenía con algunos funcionarios clave dentro de la estructura oficial. Uno de sus principales adversarios era el titular del Banco Central, Martín Redrado, con quien a fines del año pasado mantuvo un duro enfrentamiento por la negativa de este último a fijar mayores controles para frenar la fuga de capitales. En ese momento tuvo que amenazar con su renuncia para que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner terciara a su favor y le diera luz verde a la comunicación 4864 que entorpeció las operaciones de “contado con liqui” que le servían a los especuladores para sacar dinero del país con maniobras de compraventa de bonos o acciones.

Luego la situación se tranquilizó, pero su figura quedó desgastada y los recientes roces que mantuvo con Guillermo Moreno lo forzaron a irse. Una de las versiones dice que tuvieron un fuerte cruce luego de que la Comisión Nacional de Valores publicara en su sitio web el acta del Consejo de Vigilancia de Papel Prensa correspondiente al 6 de octubre donde uno de los consejeros designados por el Estado denunció a Moreno por amenazas. No obstante, como Papel Prensa cotiza en Bolsa, la CNV tenía la obligación de publicar el acta.

Luego la situación se fue tensando aún más y, según fuentes empresarias, la semana pasada habrían tenido un nuevo enfrentamiento con Moreno, cuando éste supuestamente le manifestó su interés en que la CNV redoblara los controles sobre Papel Prensa. En la city también especulaban ayer con que la salida de Hecker obedecía a un interés oficial en incrementar la presión sobre algunas firmas que en las últimas horas habían amenazado con declarar la cesación de pagos, como Metrogas y Autopistas del Sol.

La CNV tiene entre otras funciones prestar conformidad administrativa con relación a las reformas estatutarias; fiscalizar toda variación de capital, así como la disolución y liquidación de las sociedades y fiscalizar permanentemente el funcionamiento de las mismas.

Hecker había llegado a la presidencia de la CNV de la mano de Néstor Kirchner en 2006, cuando dejó su presidencia del Banco Ciudad de Buenos Aires. También se había desempeñado como secretario de Desarrollo Económico en esta ciudad durante el gobierno de Aníbal Ibarra al frente de la comuna, y como director nacional de Financiamiento de la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Nación.

Su reemplazante sería su vice, Alejandro Vanoli, un economista perteneciente al Grupo Fénix que se desempeñó en el Banco Central y recientemente estuvo a punto de acompañar a Amado Boudou como secretario de Finanzas. Vanoli no es un hombre cercano a Moreno. Por lo tanto, si se confirman las versiones sobre una mayor influencia del secretario de Comercio sobre el organismo, no está claro qué papel jugaría este economista dentro de ese esquema. Más allá de su designación como presidente, el reglamento de la CNV dice que para poder sesionar y tomar resoluciones debe contar con al menos el concurso de tres miembros de su directorio, con lo cual debe designar rápidamente el reemplazante de Hecker.