ECONOMíA › EL EX BCRA MARTIN REDRADO VOLVIO A SUS FUENTES
Martín Redrado salió a contestarle al ministro de Economía, Amado Boudou, asegurando que el Fondo del Bicentenario es inflacionario. Se suma a la oleada de economistas ortodoxos que pusieron el grito en el cielo ante la expansión monetaria que, suponen, tendrá la medida. Redrado critica que el decreto que creó el Fondo no aclara si las reservas sólo estarán destinadas a pagar deuda nominada en moneda extranjera. Si se afrontan compromisos internos, supondría de hecho una emisión de dinero. Con el libreto monetarista en mano, no duda de que toda expansión termina en un aumento de precios. Por su parte, la Cámara en lo Contencioso Administrativo podrá definir desde el martes y por el lapso de quince días si da lugar al recurso que presentó el Gobierno para que la Corte se expida sobre el Fondo. Lo puede hacer en forma suspensiva, liberando los fondos. Frente a ello la oposición protesta.
Boudou entiende que el Fondo permitirá reducir las tasas de interés a partir de que los bonistas ganen en certeza de pago. Esto también impulsaría a la baja el costo del financiamiento para el sector privado, incentivando la inversión y aumentando la oferta, lo que reduciría las tensiones de precios. Utilizando recursos teóricos distintos, se contrapone al discurso de la ortodoxia, que asegura que el Fondo va a producir más tensiones. Por ello, Redrado ni siquiera tiene que responder a los argumentos de Boudou para afirmar que “claramente va a tener efectos inflacionarios”.
Redrado indicó que el decreto que creó el Fondo no especifica si los 6569 millones de dólares de las reservas van a utilizarse únicamente para deudas nominadas en moneda extranjera. En ese caso, el efecto monetario sería neutro, sin emitir pesos. Si en cambio el Tesoro necesita convertir los dólares en pesos para afrontar pagos en moneda local, se estaría incurriendo en una expansión monetaria. “Puede generar más emisión de la que ya está aprobada por el programa monetario que tiene el BCRA”, resaltó. En efecto, el decreto no incluye tal especificación, a diferencia de la ley que liberó recursos del BCRA para pagarle al FMI.
En su explicación, Redrado da por supuesto que la capacidad instalada y el mercado de trabajo están a tope. Es decir, que el Producto coincide con su nivel potencial y todo aumento adicional en la demanda deriva necesariamente a precios. Pero esto dista mucho de ser la situación de la economía local, que todavía no recompuso su capacidad industrial y en donde subsiste un desempleo de casi el 10 por ciento, con alto subempleo.
La heterodoxia plantea que no toda emisión monetaria es inflacionaria, por lo menos a mediano plazo, y mucho menos lo es un aumento del gasto público. La inversión en infraestructura, el sistema de trasporte o la ampliación de la oferta en general no debería generar tensiones inflacionarias en el mediano plazo, sino más bien todo lo contrario, más allá de la presión sobre los precios que pueda tener a corto plazo, antes que la inversión se haya concretado.
Informe: Javier Lewkowicz.
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