El resultado fiscal en enero registró un superávit primario de 1033,6 millones de pesos. Luego del pago de intereses de deuda, el resultado financiero también fue positivo en 433,8 millones. Más allá de haber mantenido el superávit fiscal –que es una de las prioridades del Gobierno junto a la entrada de divisas por comercio exterior–, el resultado muestra una baja interanual cercana al 50 por ciento. Esto se explica por el alza más fuerte en los gastos que en los ingresos. Por el lado de la recaudación, el crecimiento estuvo movilizado mayormente por la suba en los aportes y contribuciones de la seguridad social, el IVA y Ganancias. Las erogaciones se vieron incrementadas fundamentalmente por las prestaciones de la seguridad social, transferencias al sector privado y remuneraciones.

La recaudación de enero llegó a 22.743,8 millones de pesos, un alza anual del 17 por ciento. Sin embargo, el incremento en el gasto público fue del 25 por ciento, llegando a 21.704,7 millones. Implica que frente a enero de 2009, el Gobierno tuvo una expansión fiscal. El informe oficial resalta que “esta proactividad en el manejo de los resortes públicos nos ha permitido sortear sin mayores sobresaltos la crisis financiera global”.

Los ingresos que registró la AFIP marcaron un record histórico. Para lograr este resultado influyó el repunte económico general y la buena temporada turística que junto a la asignación universal empujaron la recaudación del IVA. El impuesto al consumo creció 23 por ciento, Ganancias lo hizo en 25 por ciento y contribuciones patronales en 29 puntos, esta última movida por las mejoras salariales.

Buena parte del crecimiento del gasto tuvo que ver con políticas de carácter social. El incremento de beneficiarios del sistema previsional y la movilidad de haberes motivaron la suba en prestaciones a la seguridad social y la asignación universal lo hizo en transferencias corrientes al sector privado.