Ante la ausencia de una pauta indicativa para los incrementos salariales y la recuperación en el nivel de actividad, el Ministerio de Trabajo impulsa una serie de parámetros para las negociaciones colectivas. La cartera que encabeza Carlos Tomada pretende, por un lado, que los acuerdos cierren por el término de un año y que los aumentos se distribuyan en partes a lo largo del período. Por el otro, buscará reducir la cantidad de convenios con montos fijos para todas las escalas y las sumas no remunerativas. Esas consideraciones no necesariamente fueron cumplidas por los sectores que ya alcanzaron algún tipo de acuerdo, como bancarios, petroleros en Río Negro o transporte de pasajeros. Desde la perspectiva de Trabajo, el sector de la alimentación presentará una de las negociaciones salariales más difíciles.

La recuperación en el nivel de actividad y el empleo registrado tras la crisis financiera internacional resulta en un escenario de negociaciones colectivas disperso. “Ni pisos ni techos”, apuntaron repetidas veces desde que comenzó el año el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, y el ministro Tomada. Ambos actores aseguran que las paritarias se desarrollarán dentro de pautas razonables y de acuerdo con la situación de cada sector. En tanto, los argumentos sobre la crisis esgrimidos por los empresarios para retrasar las negociaciones durante 2009 pierden fuerza.

Si bien la evolución de la inflación está en el centro del debate de las negociaciones, la secretaria de Trabajo, Noemí Rial, remarcó a Página/12 que existen otras características que son tenidas en cuenta a la hora de negociar, como la rentabilidad sectorial y el poder de los sindicatos. Precisamente ese indicador fue determinante en la paritaria del sector financiero. Los altos niveles de ganancia exhibidos por los bancos durante 2009 fueron una importante herramienta de negociación utilizada por el sindicato, que cerró con un aumento promedio del 23,5 por ciento.

“Impulsamos acuerdos que cierren por un año por cifras porcentuales. Además buscaremos que se mantengan las escalas y se reduzca el achatamiento de las pirámides salariales registrado en los últimos años”, apuntó Rial. De todas formas, las pautas no son rigurosas. El jueves pasado, los sindicatos del transporte acordaron una suma no remunerativa del 20 por ciento hasta agosto. En esas actividades el Estado deberá enfrentar los incrementos salariales vía mayores subsidios.

Entre los objetivos para las paritarias de 2010 también figura lograr que se negocie la menor cantidad posible de sumas no remunerativas y profundizar la integración a los salarios de las pactadas en convenios anteriores. “Las sumas no remunerativas desnaturalizan el salario, son una forma de precarización laboral”, advierten los especialistas del Cenda. Esa herramienta se transformó en una característica saliente en las negociaciones colectivas entre 2006-2009.

Los aumentos que se basan en esa herramienta permiten mejorar el bolsillo actual de los trabajadores limitando el impacto sobre la posición patronal. Sin embargo, los aumentos no remunerativos “no se proyectan directamente sobre los básicos convencionales ni tienen incidencia sobre los adicionales de convenio, los pagos por horas extra, las vacaciones, el aguinaldo y la determinación de las indemnizaciones. Asimismo, tampoco devengan aportes al sistema de seguridad social”, explica el informe del Cenda.

En tanto, otro sector que no podrá recurrir a los argumentos del “impacto de la crisis” es el de la alimentación. Los trabajadores reclaman una suba del 30 por ciento y un mínimo de 3000 pesos (hoy no supera los 2300). El convenio del sector vence a finales de abril. Los trabajadores realizaron ayer las primeras medidas de fuerza al parar dos horas por turno y repetirán el lunes. En la cartera laboral remarcan que el sector recibió un fuerte impulso desde noviembre del año pasado a partir de la creación de la Asignación Universal por Hijo. Según estimaciones privadas y otras realizadas por Economía, alrededor del 90 por ciento de los ingresos del plan social se destinó al consumo de alimentos.