El Gobierno giró al Congreso, junto con el proyecto de Presupuesto 2003, un paquete de modificaciones impositivas para aumentar la recaudación en unos 1000 millones de pesos. El Congreso aprobó seis de los cambios propuestos, pero rechazó dos de los considerados más importantes. Uno era la transformación de la tasa del Impuesto a la Transferencia de Combustibles en un porcentaje del precio de las naftas, en lugar de una suma fija como en la actualidad. El otro era la reducción de la alícuota de Ganancias para las empresas del 35 al 30 por ciento, a modo de ajuste por inflación. Ambas iniciativas eran cuestionadas por sectores empresarios.
En el caso del ITC, el argumento central de los legisladores fue que la medida podía provocar fuertes aumentos en el precio de los combustibles a los consumidores. Lo mismo decían las petroleras y los empresarios de estaciones de servicio. Los diputados dispusieron que la medida volviera a ser discutida en las comisiones.
Lo mismo resolvieron con la rebaja de Ganancias. Si el Ejecutivo quiere insistir con ambos temas, deberá presentar el proyecto para su análisis en las sesiones extraordinarias. El rechazo a la reducción del impuesto a la renta del 35 al 30 por ciento fue porque, según los diputados, resulta insuficiente como mecanismo para compensar la valorización de los activos por la inflación. El sector agropecuario, entre otros, presionó con fuerza para conseguir la caída de la iniciativa de Economía. Llevaron su reclamo incluso a los gobernadores de Buenos Aires, Felipe Solá, y de La Pampa, Rubén Marín.
Economía entendía que alcanzaba con reducir la tasa de Ganancias para compensar a las empresas por la valorización de sus activos a raíz de la inflación porque, por otro lado, muchas empresas vieron caer sus pasivos con la pesificación de sus deudas.
Los cambios que quedaron en pie fueron la reducción del IVA del 21 al 10,5 por ciento para el sector agropecuario, la prórroga hasta el 31 de diciembre de 2004 del Impuesto al Cheque (el Poder Ejecutivo había reclamado su extensión por un año, pero los diputados lo hicieron por dos), la eliminación de la exención del pago del impuesto a la Ganancia Mínima Presunta para los sectores beneficiados con planes de competitividad y la imposición del impuesto a las Ganancias a los reintegros por exportaciones.