El euro cayó ayer en el inicio de la jornada por debajo de 1,23 dólar, su nivel más bajo desde abril de 2006, pero finalmente se recuperó y cerró prácticamente sin cambios, en 1,24 dólar. El ciclotímico comportamiento del mercado financiero ante la coyuntura macroeconómica de la Eurozona impulsa una “fuga a la calidad” desde tenencias denominadas en euros hacia activos en otras monedas, principalmente en dólares, y el oro. Los ministros de Economía y Finanzas de la unión monetaria enfatizaron públicamente la viabilidad y continuidad del euro. Los funcionarios de los dieciséis países miembros de la zona euro continuaban debatiendo ayer por la noche las precisiones del plan de rescate por 750 mil millones de euros anunciado la semana pasada. En tanto, las principales plazas bursátiles del mundo cerraron la jornada con resultados dispares.

“El euro es una moneda creíble”, aseguró Jean-Claude Juncker, jefe de los ministros de Finanzas de la Eurozona, en un nuevo intento por frenar la fuerte especulación e incertidumbre que existe alrededor de la viabilidad de la moneda común. A pesar de la confianza discursiva, el mismo funcionario había declarado más temprano su preocupación “por la velocidad en la que se deterioró el tipo de cambio”. La cotización de la divisa cayó ayer hasta su nivel más bajo en cuatro años, menos de 1,23 dólares. El valor del euro volvió a subir cuando el Banco Central Europeo (BCE) reveló algunos datos sobre cómo esterilizará –neutralizará el efecto monetario– de la compra de títulos públicos. El refugio ante la persistente incertidumbre financiera son los activos denominados en dólares, el oro y algunas divisas como el franco suizo o el yen.

Los ministros de Finanzas de la unión monetaria se encontraban reunidos anoche en Bruselas analizando los detalles técnicos del paquete de rescate que alcanza los 750 mil millones de euros y contempla la posibilidad de que el BCE compre títulos de deuda de los países en problemas. Las principales dificultades para alcanzar un acuerdo definitivo están entre Alemania y Francia. Sin embargo, parece existir consenso en que la zona euro “hará todo para reducir el nivel de la deuda pública en Europa”.

Los analistas del establishment financiero interpretan la devaluación del euro como la “falta de confianza” de los mercados a los sucesivos planes de ajuste anunciados por Grecia, España y Portugal, listado al que en las próximas horas se sumaría Italia, que está analizando un recorte de gastos de 27.500 millones de euros para los próximos dos años.

La reducción de las inversiones públicas, el congelamiento de los salarios, despidos masivos y el incremento de la edad jubilatoria, no son suficientes. Por eso, los obedientes ministros de Finanzas de la zona euro analizaban anoche la posibilidad de someter a un análisis supranacional sus presupuestos nacionales desde 2011. La respuesta de las máximas autoridades europeas sigue concentrada en cómo reducir los déficit. Para algunos especialistas, esas lecturas invierten causa y consecuencia. Advierten que la crisis no es consecuencia del déficit, sino al revés y, por lo tanto, remarcan que las reducciones del gasto público solo exacerbarán la recesión económica europea.

En un escenario expectante, las principales Bolsas del mundo cerraron la jornada con resultados mixtos. Así, la plaza financiera en Frankfurt ganó al cierre 0,2 por ciento mientras que en Lisboa subió 0,1 por ciento. Por su parte, París cedió 0,5 por ciento, Madrid retrocedió 0,3 por ciento, Atenas, 1,4 y Londres finalizó sin cambios. En Estados Unidos los indicadores más difundidos en Wall Street comenzaron la semana con leves mejoras: el índice industrial, Dow Jones, ganó 0,1 por ciento y el tecnológico Nasdaq terminó con un alza de 0,3 por ciento.