La prolongada y conflictiva paritaria de alimentación cerró con un incremento salarial del 35 por ciento. El aumento será en tres cuotas –la última se pagará en abril de 2011– y llevará la remuneración de la categoría inicial hasta casi 3000 pesos. La negociación entre las partes fue dura e incluyó una serie de paros en las principales plantas productoras del país. La elevada rentabilidad del sector y la escalada de precios que se registró en los alimentos en la primera parte del año fueron esgrimidos por los trabajadores a la hora de reclamar la mejora salarial. En el Ministerio de Trabajo consideran improbable que la magnitud porcentual del incremento impulse la reapertura de alguna paritaria o vaya a disparar el monto reclamado en las próximas negociaciones.

Los propietarios de firmas como Arcor, Nestlé, Kraft, Unilever, Molinos, Felfort, Frigor o Fargo sostienen que el aumento es excesivo y que accedieron ante la presión sindical. Por su parte, en el gremio que conduce Rodolfo Daer se mostraron satisfechos por los resultados. Mientras tanto, desde la cartera laboral apuntan que “fue un conflicto difícil donde se llegó a un aumento coherente bien distribuido, ya que recién llegará hasta los 3000 pesos dentro de un año. Es un salario razonable. Ninguna empresa firma algo que la vaya a fundir”.

La magnitud del incremento salarial se explica fundamentalmente por cinco razones: la elevada rentabilidad del sector, el bajo nivel de salarios, el incremento de precios registrado a comienzos de año a partir de la mejora en la demanda de alimentos por la Asignación Universal por Hijo, la conflictividad que alcanzó la negociación y la debilidad del Estado para extraer rentas adicionales de ese sector. La rentabilidad de las grandes empresas alimenticias creció considerablemente desde la posconvertibilidad. En 2009, la tasa de ganancia de Arcor superó el 13 por ciento, varios puntos porcentuales por encima del promedio.

Desde el ministerio que conduce Carlos Tomada relativizaron la posibilidad de que la magnitud porcentual del aumento impulse la reapertura de alguna negociación colectiva ya que no se trata de un sindicato testigo o líder que determine el resto de las negociaciones. En promedio los acuerdos firmados hasta el momento rondan el 23 por ciento. Aunque algunos empresarios deslizaron su preocupación ante esa posibilidad, en Trabajo sostienen que difícilmente se reactiven paritarias –como UOM o Bancarios– o se disparen los reclamos de aquellos sindicatos que todavía no negociaron. A su vez, remarcaron que el acuerdo “ya tenía un piso del 30 por ciento cuando Arcor otorgó un incremento de esa proporción para levantar los paros de su fábrica en Arroyito, Córdoba”.

El acuerdo que alcanzará a alrededor de 80 mil trabajadores se distribuye en tres cuotas. Desde mayo los salarios básicos registrarán una mejora del 21 por ciento más una suma no remunerativa de 150 pesos por mes. Además, antes de fin de mes los trabajadores deberán percibir una suma extraordinaria por única vez de 300 pesos. A partir de septiembre, los 150 pesos pasarán a formar parte del salario y las empresas deberán comenzar a abonar otra suma no remunerativa de 80 pesos por mes hasta marzo de 2011. Así, el valor hora pasará desde los actuales 10,65 pesos hasta 14,40 pesos en abril del año próximo, un incremento del 35,2 por ciento.

Por otra parte, con el fin de semana largo aproximándose, distintos gremios aprovechan para presionar en sus respectivas negociaciones. El sindicato de gastronómicos conducido por Luis Barrionuevo reclama un 35 por ciento de aumento y había anunciado un paro desde el 22 al 25 de mayo. Ayer, el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria y la medida se levantó. En tanto, el sindicato de comercio y los empresarios del sector continúan negociando el acuerdo salarial. Esa actividad cuenta con un bajo nivel de salarios y una elevada presencia de condiciones de contratación precarias.