ECONOMíA › PREOCUPACIóN EN EUROPA POR LA SITUACIóN DE LOS SISTEMAS BANCARIOS
La decisión del Banco Central Europeo de recortar la asistencia a los bancos de la región, que el año pasado obtuvieron ayudas por hasta 442 mil millones de euros, causó un desplome bursátil internacional. También hubo malas noticias de Estados Unidos y China.
La frágil situación de los bancos europeos quedó nuevamente en evidencia con la corrida bursátil que generó ayer el inminente retiro de los rescates que recibieron el año pasado. Las principales entidades financieras en el Viejo Continente obtuvieron en junio de 2009 unos 442 mil millones de euros en préstamos del Banco Central Europeo (BCE). El plazo para la devolución de esas inyecciones vence mañana y desde la entidad que conduce Jean-Claude Trichet informaron que los próximos desembolsos se realizarán por un plazo máximo de tres meses. Esta situación generó serios interrogantes en cuanto a la capacidad que tendrán los bancos de devolver el dinero y de las fuentes alternativas que buscarán para equilibrar sus rojos operativos. A esta situación se sumaron deterioros en los pronósticos coyunturales en Asia y Estados Unidos. En consecuencia, las plazas europeas lideraron la caída mundial, con desplomes de hasta 5,5 por ciento. En el mercado porteño, la tendencia se replicó en una baja del 4,3 por ciento en el índice MerVal.
Durante el punto más álgido de la crisis financiera, el BCE y otros bancos centrales inyectaron multimillonarias sumas de dinero en el mercado para reactivar el crédito. Las entidades cortaron las líneas de préstamos de corto plazo por desconfianza mutua y el sistema quedó paralizado, convirtiéndose en un pesado lastre a la recuperación económica global. Los organismos volcaron unos 442 mil millones de euros, con los cuales se evitaron numerosas quiebras bancarias. En total, recibieron ese salvavidas más de mil bancos europeos. El nuevo capítulo de la crisis, con epicentro en Europa, a partir del descalabro de las finanzas griegas, conllevó una nueva estrategia para estos países. Esta vez los gobiernos optaron por el ajuste fiscal.
Con esta lógica, el BCE comenzó a reducir la política expansiva y dejó de poner a disposición de las instituciones bancarias liquidez ilimitada durante un año. Esto derivó en nuevas preocupaciones debido a que los bancos deberán ahora buscar canales alternativos en el sistema financiero para obtener liquidez. A su vez, podría incentivar a esas entidades a recaer en prácticas peligrosas. Precisamente, los bancos españoles y portugueses son los más complicados en conseguir fondeo en los mercados. No obstante, para que la oferta crediticia no se reduzca, el BCE anticipó que seguirá prestando a una tasa de interés del uno por ciento, pero a un plazo máximo de tres meses.
Los mercados reaccionaron ante esas especulaciones con fuertes caídas de sus principales índices. El mayor desplome correspondió a la plaza madrileña, con un retroceso del 5,5 por ciento. El desempeño de estos indicadores respondió casi exclusivamente a la ola de ventas que se vivió para las acciones bancarias, que llegaron a perder hasta casi 10 por ciento de su valor. No obstante, todos los papeles empresarios finalizaron en rojo. La seguidilla de bajas continuó con Londres, con el 3,1 por ciento; Francfort, 3,3 por ciento; París, el 4 por ciento, y Milán, el 4,4 por ciento.
De todos modos, el mal desempeño bursátil se inició más temprano tras la revisión a la baja del indicador de tendencia de China –del 1,7 al 0,3 por ciento–, que hizo el instituto de investigación Conference Board. Eso se tradujo entonces en una caída de 4,3 por ciento en el índice de Shanghai, hasta su menor cotización en más de un año. Más tarde, la caída de la confianza del consumidor en Estados Unidos, cuyo indicador pasó de 62,9 a 52,9 puntos el mes pasado, intensificó el malestar de los inversores. En Wall Street, el Dow Jones se retrajo 2,65 por ciento.
En la plaza local el sacudón de los mercados internacionales repercutió en una baja del 4,3 por ciento del MerVal. Los títulos públicos corrieron igual suerte. Los bonos más castigados fueron los que venían evidenciando sostenidas ganancias en los últimos días. De esta manera, el Discount en pesos cedió 3,5 por ciento; los cupones de PBI, un 4,8 por ciento; mientras que el Bogar 2018 perdió 2,8. En la plaza cambiaria, el dólar se mantuvo estable, a 3,95 pesos.
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