El ex presidente Néstor Kirchner aseguró que es “absolutamente imposible” la aplicación del 82 por ciento móvil a las jubilaciones. Por eso, calificó a la oposición –que promueve la iniciativa– de querer “hacer saltar el sistema jubilatorio por los aires”. De forma similar, el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, la tildó de “demagógica” e “irresponsable”, pero se manifestó a favor de otorgar ese incremento de forma gradual. En cambio, Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica, salió a juntar firmas y criticó que “el Gobierno tenga plata para pagarles a los fondos buitre mientras mantiene a casi cinco millones de jubilados percibiendo un haber que ellos mismos reconocen por debajo del límite de pobreza”.

Los dos proyectos del conglomerado opositor (UCR, PRO, Peronismo Federal y CC) con dictamen de comisión, uno en Diputados y otro en el Senado, prevén la suba del haber mínimo hasta el 82 por ciento del salario mínimo vital y móvil, desde los 895 pesos actuales hasta 1230 pesos. Además, una recomposición de haberes acorde al fallo Badaro para quienes ganaban más de 1000 pesos en 2002 y establecer una nueva fórmula de movilidad sujeta a un índice de salarios. El costo que estiman ronda los 30 mil millones de pesos por año, tres veces más de lo invertido en la Asignación Universal por Hijo. Sin embargo, ningún proyecto del “grupo A” estipula la fuente de financiación. Según estimó el ministro de Economía, Amado Boudou, únicamente el alza del haber mínimo requeriría 22 mil millones.

A pesar de que la oposición busca establecer el 82 por ciento móvil sólo para los que perciben el haber mínimo, Kirchner planteó que darles ese porcentaje a todos los jubilados “costaría 141 mil millones de dólares”. El ex presidente expresó que “ojalá se pudiera darlo, pero no me gusta jugar con las ilusiones de nadie, y es absolutamente imposible”. En un acto en homenaje a la cantante folklórica Mercedes Sosa en Casa de Gobierno, el diputado pidió a los jubilados que “no se dejen manosear por oportunismos lamentables”.

El Gobierno centró su estrategia en la falta de consistencia de la propuesta opositora, que por el evidente buen recibimiento popular que tiene cualquier iniciativa del estilo, deriva en un proyecto “demagógico”. Sin embargo, el oficialismo tampoco arriesga sólidas cifras al debate, lo cual debilita su argumento. También denuncian que muchos de los que ahora proponen la suba en su momento llevaron adelante medidas en contra del sistema previsional. “Hemos devuelto el 13 por ciento a los jubilados, que les descontaron quienes hoy quieren pagar algo que no se puede, que es el 82 por ciento móvil”, dijo Kirchner.

Sin avanzar en transmitir cómo podría financiarse la medida, y aprovechando el evidente carácter progresivo que en sí tiene un aumento a los jubilados, “Lilita” Carrió salió a buscar firmas al proyecto. Plantada en Callao y Paraguay junto con otros legisladores de la CC, Carrió manifestó que “con esta recolección de firmas sabemos que le cargamos presión al Gobierno para que tome alguna medida en favor del sector”. “Es una vergüenza que el Gobierno tenga plata para pagarles a los fondos buitre mientras mantiene a casi cinco millones de jubilados percibiendo un haber que ellos mismos reconocen por debajo del límite de pobreza”, señaló, criticando la reapertura del canje de deuda, que supone un aumento en las erogaciones para los acreedores que entraron al canje.

En tanto, Moyano entiende, en línea con el oficialismo, que promover la suba de haberes de forma inmediata es “irresponsable” y “demagógico”. “Yo creo que progresivamente a los jubilados se los tiene que llevar al 82 por ciento, pero no sé si será posible hacerlo en forma inmediata”, suavizó. “Hay una necesidad, eso nadie lo puede desconocer, hay que tener en cuenta los recursos con los que se dispone desde el Estado nacional; si no después eso se vuelve en contra de lo que está defendiendo”, concluyó.