El operativo para el Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda 2010 ya está en marcha. Pese a las críticas, las autoridades del Indec aseguran que todas las etapas previstas se vienen cumpliendo, con “un clima de participación que no se había dado en otras oportunidades”, en palabras de Ana Edwin, titular del organismo, al comparar la experiencia actual con otras anteriores en las que también participó.

El censo tendrá su punto culminante el miércoles 27 de octubre, día declarado feriado para posibilitar que todas las personas puedan aguardar en sus hogares la visita del encuestador, cuya visita –aseguran– no demorará más de veinte minutos. Vale aclarar que el Indec no es el único organismo responsable del censo ni serán necesariamente agentes propios quienes recaben la información en los hogares. El responsable operativo en cada jurisdicción (provincia o ciudad de Buenos Aires) es el gobierno de la misma, y la ejecución estará a cargo de la dirección provincial de estadísticas correspondiente.

El Indec acaba de cerrar un curso de coordinación operativa con quienes serán los responsables de toda la estructura de realización del censo y de los “puestos clave” de ejecución. Fueron, en total, 88 profesionales enviados por cada una de las 24 jurisdicciones provinciales (la CABA, incluida) los que intervinieron en este trabajo de capacitación presencial acerca del abordaje teórico pero también práctico en cuanto a los procedimientos que deberán tenerse en cuenta para el censo. “Son los que tendrán a cargo los 600 mil censistas que participarán de esta movida”, destacó Edwin.

–¿Son profesionales y técnicos designados por las autoridades del Indec? –preguntó Página/12 a la titular del Indec y al director técnico del organismo, Norberto Itzcovich.

–Son designados por las direcciones provinciales de estadística, con los que ya habíamos hecho una experiencia previa de capacitación a distancia. La idea de reunirlos en Buenos Aires durante una semana fue hacer un trabajo de capacitación presencial con quienes serán los responsables de toda la estructura del censo, de los diferentes puestos, para que puedan volcar esa experiencia en sus provincias. Hay una gran mayoría de gente con experiencia, pero también acompañados por técnicos jóvenes. En las provincias suele haber más rotación que la que tenemos en el Indec.

Una de las innovaciones del censo de este año, en la que las autoridades del organismo están poniendo mucho énfasis, es la de las preguntas específicas referidas al origen de las personas: indígenas o descendientes de pueblos originarios o aborígenes, o afrodescendientes. “En 140 años se hicieron censos en el país sin abordar el tema (el primer censo fue en 1869). Queremos conocer las condiciones de vida de estos pueblos originarios, de los afrodescendientes. Y estamos trabajando activamente con los referentes de estas distintas comunidades para ver la mejor forma de encarar las encuestas. Por primera vez, los encuestadores serán integrantes de estas comunidades”, señalaron Edwin e Itzcovich. Para abordar esta problemática, se implementará un cuestionario ampliado con preguntas específicas sobre origen y situación poblacional.

–¿Por qué, si se incluyeron otras cuestiones reclamadas como la situación de pueblos originarios, no se consideraron también otras demandas como incluir una o más preguntas sobre ingresos?

–Porque no es tan sencillo de incorporar a un censo. Muchos de los que cuestionan la falta de preguntas sobre ingresos en el censo lo hacen por desconocimiento. Hacer la encuesta sobre ingresos en la EPH (Encuesta Permanente de Hogares del Indec) requiere de una capacitación especial. Muchas preguntas para poder sacar conclusiones y hacer compatibles los datos. Eso prolongaría el tiempo de encuesta por hogar de una manera que haría casi imposible cumplir la meta de abarcar a todos los hogares. Imagine que hay no menos de treinta formas de ingresos diferentes. No todos reciben ingresos exclusivamente por un sueldo. Además, no todo se resuelve mediante una encuesta. Sobre todo en los sectores de niveles medios y altos, hay una importante subdeclaración de ingresos. Por eso no es conveniente incorporarlo a un censo, que es un mandato constitucional, una obligación fundamentalmente de actualizar los datos demográficos, hacer objetiva la información para determinar cuántos representantes debe elegirse por cada distrito.

–Tampoco se incluyen preguntas sobre ocupación...

–No son cuestiones específicas de un Censo Nacional. Por otra parte, es una tendencia mundial que los censos cada vez se conformen con menos preguntas.

–Hubo muchos cuestionamientos y críticas a este censo. ¿No han recogido aportes válidos entre todos ellos?

–Hubo dos o tres aportes, pero muchas otras críticas malintencionadas, con absoluto desconocimiento de la materia. Algunos comentarios ni siquiera se refieren a temas fundamentales. En cambio, fuimos atendiendo los aportes hechos por organismos o ministerios competentes en cada materia, para mejorar la formulación de las preguntas.

–¿Por qué hubo tantas críticas al Censo Nacional 2001? ¿Cómo se va a evitar cometer los mismos errores?

–Hubo múltiples problemas. En principio, en el modo de registración, porque había anotaciones que después el “escaner” no leía y obligó a cargar a mano millones de formularios. Es así como lo escucha. Ahora estamos trabajando con un software canadiense, sobre el que se han hecho todas las pruebas de control de consistencia, que nos va a permitir acortar enormemente los tiempos de análisis de datos. En el primer trimestre del año próximo ya vamos a tener los primeros resultados. Hacia fin de 2011 estará lista la información básica.

–¿Llegan sin problemas al 27 de octubre?

–Sin ninguna duda. Estamos absolutamente dentro de los tiempos del calendario. Acabamos de terminar la etapa de capacitación y ya entramos en el capítulo de reclutamiento de personal, en los próximos días. Sólo falta la campaña publicitaria, que se lanza en septiembre.