El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) recortó ayer su estimación de la cosecha mundial de trigo. Con respecto a julio, cayó de 661 a 645,7 millones de toneladas debido fundamentalmente a la sequía que afecta a Rusia, Ucrania y Kazajistán. Esta situación está provocando una fuerte suba en la cotización del cereal, incluso en la Argentina, donde el precio FOB oficial trepó en lo que va del mes de 243 a 290 dólares por tonelada, un 19,3 por ciento. Los derechos de exportación se aplican sobre ese valor. Por lo tanto, si continúa esta tendencia y el Gobierno no sube las retenciones, los precios de la harina, el pan y otros derivados podrían dispararse.

El organismo estadounidense ajustó sus proyecciones de producción de trigo a la baja en Rusia (53 a 45 millones de toneladas), Ucrania (20 a 17 millones), Kazajistán (14 a 11,5 millones) y Unión Europea (141,8 a 137,5). La contracara es Estados Unidos, donde subió 60,3 a 61,6 millones, aunque la mejora no alcanza a compensar la debacle de los países del Este. Para Argentina, en cambio, mantuvo la proyección en 12 millones de toneladas, siempre para la campaña 2010/2011.

Este fue el primer informe de la USDA desde que Rusia, tercer exportador global de trigo, anunció la suspensión de sus exportaciones de granos para preservar el mercado interno en medio de una fuerte sequía. Ayer el presidente Dmitry Medvedev sostuvo que ya se perdió una cuarta parte de los cultivos. El cierre de las exportaciones de granos entrará en vigor pasado mañana y regirá hasta fin de año, pese a la resistencia del presidente de la Unión Cerealista, Arkadi Zlochevsky, una especie de Biolcati ruso, quien sostiene que la medida afectará el prestigio del país. En Ucrania, mientras tanto, la Aduana frenó un cargamento de exportación de trigo alegando errores en la documentación, y las entidades de productores especulaban ayer con la posibilidad de que el Gobierno le pusiera un cupo a la venta de cereales al exterior.

En Argentina, durante los últimos meses el precio FOB oficial del trigo, valor que se toma como referencia para aplicar las retenciones, se venía manteniendo relativamente estable. En mayo y junio promedió 227 dólares la tonelada, y en julio 229 dólares. Sin embargo, entre el 30 de julio y el 12 de agosto la cotización trepó de 243 a 290 dólares, siempre para diciembre-julio, período en el que estará disponible el cereal que se está terminando de sembrar y que se cosecha entre noviembre y enero.

Si se mantiene esta tendencia, el 23 por ciento de retención que se le aplica a la exportación de trigo será insuficiente para contener los precios de los derivados del cereal en el mercado interno. Para evitar un fuerte aumento del pan, la harina y los fideos habría que subir las retenciones. Sin embargo, y paradójicamente, la oposición está evaluando bajar ese impuesto o incluso eliminarlo.

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