ECONOMíA › LA TASA DE DESEMPLEO BAJó AL 7,9 POR CIENTO EN EL SEGUNDO TRIMESTRE DE ESTE AñO
La caída del desempleo responde a la recuperación de los puestos de formales destruidos durante la desaceleración de la actividad de 2009. La subocupación se ubicó en 9,9 por ciento. Existen fuertes disparidades geográficas en materia laboral.
› Por Tomás Lukin
La desocupación descendió al 7,9 por ciento durante el segundo trimestre del año. La caída en la tasa de desempleo responde principalmente a la recuperación de los puestos de trabajo formales destruidos durante la de- saceleración en el nivel de actividad de 2009. El impacto de la crisis sobre los indicadores laborales no fue significativo, teniendo en cuenta que la proporción de personas sin empleo había ascendido hasta el 9,1 por ciento en su peor momento. El descenso en la desocupación no implica, de todos modos, un quiebre en las disparidades geográficas persistentes en materia laboral.
En el período abril y julio la tasa de actividad fue de 46,1 por ciento y la tasa de empleo alcanzó el 42,5 por ciento. Las cifras son similares a las observadas a lo largo de los últimos dos años. Así, los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que elabora el Indec indican que la cantidad de de-socupados asciende hasta 900 mil.
A pesar de la fortaleza relativa evidenciada por el mercado de trabajo durante la crisis del año pasado, el actual ritmo de creación de empleo –en un contexto de fuerte recuperación económica– conduce a algunos analistas privados a advertir sobre el agotamiento del modelo en materia laboral. Otros sostienen que los datos empíricos evidencian un menor dinamismo del mercado de trabajo; sin embargo, esa situación no alcanza para decretar la incapacidad de la política económica para reducir los niveles de desempleo.
En el Ministerio de Trabajo reconocen que difícilmente se vuelva a observar un proceso de creación de empleo como el registrado entre 2003 y 2006; sin embargo, sostienen que en el corto plazo es posible alcanzar niveles de desocupación cercanos al 5 o 6 por ciento. “La capacidad del modelo para crear empleo de calidad no está agotada. Es esperable que sea más difícil reducir el desempleo. El escenario sociolaboral de los primeros años de la posconvertibilidad no se compara con el que observamos hoy”, remarcan desde la cartera laboral. En ese sentido, resaltan que los niveles actuales de empleo registrado se encuentran entre los máximos históricos, que la pérdida de puestos de trabajo durante 2009 fue significativamente inferior a las crisis previas y que el tiempo necesario para la recuperación del empleo perdido fue más bajo.
Para Daniel Kostzer, economista de la UBA, “es cierto que se ha desacelerado la creación de puestos de trabajo. Esto sucede luego de la recesión de 2009, donde no se destruyó tanto empleo producto de las herramientas que desplegó el Estado, como el Repro. Así, los empresarios retuvieron a los trabajadores, principalmente a los más calificados. Por lo tanto, durante la recuperación no toman nueva gente”. El programa de Recuperación Productiva alcanzó a cubrir una porción del salario de 147 mil trabajadores del sector privado. A su vez, el Gobierno desplegó un conjunto de herramientas comerciales para proteger a la industria local.
El especialista coincide con la visión del Ministerio de Trabajo, donde reconocen que no esperan observar la misma dinámica del mercado laboral que durante los primeros cinco años luego de la devaluación y crisis de 2001-2002. “No se va a volver a tener una dinámica como 2005, cuando se venía de una caída más fuerte y un punto de partida distinto. Pero el modelo no se agota por eso”, apuntó el especialista. Kostzer sostiene que es posible mantener una relación entre el crecimiento económico y la creación de empleo elevada, pero resalta que “para preservar una buena dinámica laboral es necesario impulsar el consumo popular”.
A nivel país el nivel de desempleo cedió en forma generalizada: retrocedió en 20 de los 31 aglomerados urbanos relevados por el organismo estadístico (ver aparte). En el territorio bonaerense, la de-socupación pasó del 10 al 9 por ciento en un año. En sintonía con su peso relativo, la provincia de Buenos Aires concentra al 50 por ciento de las personas sin trabajo. El desempleo en las regiones más pobres del país se encuentra por debajo del promedio nacional. En el noroeste y nordeste las cifras ascienden al 7,0 y 3,7 por ciento, respectivamente. Para el especialista Carlos Cañete, las exiguas tasas de empleo y actividad que evidencian esas provincias “son un claro síntoma de la estrechez de sus mercados de trabajo, de la incapacidad de la estructura productiva local para generar una demanda de trabajo creciente y sostenida. El bajo desempleo es un indicio de la dimensión del desaliento, del recurso de la emigración y de las actividades de subsistencia por fuera del mercado laboral”. Afirma que en el NOA y NEA abundan las condiciones precarias de empleo y el nivel salarial se ubica por debajo de la media nacional.
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