Los trabajadores de Paraná Metal continuaron durante el fin de semana bloqueando la autopista Buenos Aires-Rosario. El delegado gremial de la fábrica autopartista, Alberto Churichi, explicó ayer que la negociación con la empresa está trabada en la cuestión salarial. Esperan una convocatoria del Ministerio de Trabajo para antes del miércoles.

“Los salarios están caídos. Hay que resolver ese tema porque lo otro ya está”, afirmó el sindicalista, en referencia a las negociaciones que mantiene la comisión gremial interna con la empresa, propiedad del empresario kirchnerista Cristóbal López, y el Ministerio de Trabajo de la Nación. En declaraciones radiales, Churichi aseveró que en caso de solucionar el problema de haberes con los trabajadores de la fábrica de Villa Constitución, Santa Fe, “se levanta la protesta”, que ayer mantenía cortada la autopista y las vías colectoras.

El bloqueo en el kilómetro 246 de la autopista, debajo de un puente, continuó ayer con la misma modalidad de los días anteriores: con una guardia de 50 operarios, acompañados por otro grupo de trabajadores que iban rotando en tres turnos. En las colectoras y las otras rutas el tránsito fue cortado cada media hora y luego liberado otros 30 minutos, mientras por la noche, por razones de seguridad, la única interrupción que se mantuvo es la de la autopista.

El delegado Churichi agregó que el gobierno nacional se mostró “muy fuerte” en la negociación con la empresa, cuyo principal accionista es el empresario Cristóbal López, quien también posee en Santa Fe la concesión del Casino de Rosario, y de la refinería San Lorenzo. “Se evaluó la propuesta del Ministerio de Trabajo, se ha avanzado mucho y lo netamente salarial es lo único en lo que no se avanzó”, comentó el gremialista.

Una asamblea general realizada en la sede de la Unión Obrera Metalúrgica rechazó la propuesta realizada por los empresarios de la autopartista en la noche del jueves pasado para que continúen 360 operarios cobrando el sueldo normal y otros 600 cuenten con un subsidio estatal de 1850 pesos, más el salario familiar y la obra social durante un año. Ante esto presentaron una contrapropuesta en la que reclamaron que los operarios suspendidos perciban el 50 por ciento del salario, una cifra que llegaría a los 2600 pesos, y exigen el pago de las dos quincenas adeudadas. Los operarios aguardan una nueva convocatoria del Ministerio de Trabajo y ayer especulaban que el nuevo encuentro sería antes del miércoles. La planta se encuentra paralizada desde el pasado 4 de agosto, después de que Cristóbal López evitó oficializar un plan de negocios para continuar con su gerenciamiento.