ECONOMíA › JUNTO A CHINA, PERú Y TAILANDIA, LA ECONOMíA ARGENTINA ES DE LAS QUE MáS SE EXPANDEN EN EL MUNDO
El PIB registró una expansión de 11,8 por ciento en el segundo trimestre y avanzó 9,4 en la primera mitad del año.
El Producto Interno Bruto (PIB) registró en el segundo trimestre del año una importante suba de 11,8 por ciento frente al mismo período de 2009, según los datos del Indec. En el primer semestre, la actividad económica marcó un crecimiento de 9,4 por ciento, y en el Ministerio de Economía proyectan que el año podría cerrar con un avance de entre 8,9 y 9,1 por ciento. El desempeño del trimestre no sólo evidenció una clara recuperación frente a los meses de mayor impacto de la crisis internacional, sino que también en el margen –respecto a los primeros tres meses de 2010– la economía creció un 3 por ciento. El componente más dinámico de la demanda fue la inversión, con un aumento de 18,9 por ciento. Las exportaciones crecieron en una cuantía similar, aunque tienen un peso menor en el nivel agregado de actividad. Por el lado de la oferta, las importaciones subieron un 35,6 por ciento, reduciendo el saldo comercial.
Buena parte del desempeño de las variables macroeconómicas entre abril y junio estuvo influenciado por el golpe recesivo que proporcionó la crisis el año pasado. De hecho, el segundo trimestre de 2009 mostró la mayor baja del año (-0,8 por ciento), y los componentes que en la última medición más crecieron fueron los que peor transcurrieron la crisis. Es el caso de los sectores productores de bienes, que avanzaron 18,3 por ciento en el segundo trimestre de 2010, contra una caída de 7,6 el año pasado. Más estables, los servicios en esta oportunidad subieron 8,2 por ciento, cuando en 2009 habían logrado avanzar 3,4 por ciento.
Si al crecimiento de 11,8 por ciento del PIB se le adicionan las importaciones, que subieron un 35,6 por ciento, la oferta global muestra un alza de 14,1 por ciento. “El desempeño del primer semestre ubica a la Argentina entre los países de mayor crecimiento del mundo, junto a China, Tailandia y Perú”, resaltó la ministra de Industria, Débora Giorgi.
Por el lado de la demanda, el consumo privado subió 8,1 por ciento de forma anual y representa el 55 por ciento del total del PIB. El alza se explica por la mejora en el mercado laboral y por la política de ingresos, que a través de las jubilaciones y asignaciones familiares beneficia a los sectores con mayor propensión a consumir. Además, las mejores expectativas respecto del año pasado incentivaron los planes de consumo privado, al tiempo que la inflación y los programas de financiamiento definieron un esquema de consumo de bienes durables bastante atractivo. Por su parte, el consumo público también creció por encima del promedio, un 12,9 interanual, funcionando como una tracción sobre el resto de la economía.
La inversión representó en el segundo trimestre casi el 20 por ciento del PIB y subió un 18,9 por ciento anual. La creciente mejora del mercado interno y la búsqueda de ampliar la capacidad instalada empujó al alza a este componente. Según las estimaciones del Ministerio de Industria, a fin de año la inversión podría llegar a 23,5 del PIB. Para lograr ese ratio, el Gobierno busca promocionar algunos planes oficiales de financiamiento, como la línea fondeada con los redescuentos del Banco Central, que a pesar de haber sido anunciada todavía no financió ningún proyecto.
El elemento más dinámico de la inversión fue la compra de equipo durable de producción, que subió un 35,5 por ciento. Es un dato significativo, porque este es el componente de la inversión que determina mayormente el alza de la capacidad instalada. Este segmento abarcó el 45 por ciento de la inversión bruta fija. Los equipos importados representaron alrededor del 60 por ciento de las compras totales, con un incremento anual de 46,6 por ciento. En tanto, los equipos nacionales cubrieron el resto, con un alza de 20,6 por ciento. Por su lado, la construcción se incrementó 8,1 por ciento.
A contramano de la postura de una parte de los analistas económicos que relacionan el proceso de crecimiento desde la salida de la convertibilidad con un supuesto “viento de cola”, por el favorable precio de los commodities y la demanda asiática, las exportaciones en el segundo trimestre sólo representaron el 12 por ciento de la demanda total. Más aún, en estos últimos años promedió un 5 por ciento del total.
El análisis sectorial de la oferta muestra que en la producción de bienes sobresale el incremento en agricultura, ganadería, caza y silvicultura, con un 65 por ciento interanual, un comportamiento que se explica por la brutal sequía que afectó al agro el año pasado. Por su parte, la industria manufacturera subió 9,9 por ciento, en especial el sector automotor –que llegará a producción record este año– y la siderurgia. Más atrás quedaron construcción (4,1) y suministro de electricidad, gas y agua (3,4 por ciento).
En el sector de servicios, el comercio mayorista y minorista creció 12 por ciento interanual, representando un quinto del total. Le siguió transporte, almacenamiento y comunicaciones, con un 11,3. A su vez, intermediación financiera subió 9,6, en tanto que las actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler lo hicieron en 4,3 por ciento.
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