La presidenta del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Mercedes Marcó del Pont, advirtió en Montevideo que “si se tomaran las medidas pretendidas por los países centrales para corregir los desequilibrios globales, se correría el riesgo de detener los procesos de desarrollo en parte del mundo emergente”. Invitada a exponer en las Jornadas Monetarias que organizó el Banco Central de Uruguay, Marcó advirtió sobre la pretendida intervención de los países centrales y el FMI en la realidad de los países en desarrollo. “Nos están haciendo las mismas recomendaciones de siempre, viejas y fracasadas: tener cuidado con el aumento del gasto público, la suba de los salarios o la apreciación de la moneda. Hay que estar atentos y precavidos, son puntos centrales a la hora de discutir la asignación de los esfuerzos a nivel global”, planteó la funcionaria argentina.

En una mesa de disertantes que reunió a los titulares de las autoridades monetarias de Argentina, Paraguay y Uruguay, Marcó del Pont describió las condiciones en que se desarrolló la crisis internacional y el modo en que los países centrales pretenden repartir los costos. “Las economías emergentes mostraron capacidad para lidiar con los shocks negativos transmitidos desde las economías desarrolladas, a partir de la instrumentación de políticas macro que promovieron la competitividad externa, la acumulación precautoria de reservas internacionales y la consistencia fiscal. En este contexto, las economías avanzadas están presionando a los países emergentes para que soporten un mayor peso de los costos del rebalanceo”, subrayó.

La titular del BCRA señaló que detrás del eufemismo sobre “la necesidad de rebalancear la demanda global o rotar la demanda”, se esconde el reclamo de “una actitud pasiva frente a la fuerte entrada de capitales, corolario de las políticas monetarias expansivas de los países centrales”, y el pedido de “apreciaciones cambiarias que deterioren los saldos comerciales de las economías emergentes”.

Marcó del Pont convocó a sus pares de la región a impulsar la discusión en torno de las recomendaciones que lanzan las economías avanzadas. Los emergentes, reclamó, “deberán ser más enfáticos en destacar los problemas que generan los flujos de capital (porque) más allá de los de corto plazo, tiene efectos sobre el desarrollo”.

La corriente de excedentes financieros originada en los países centrales, por la elevada expansión monetaria fundamentalmente de Estados Unidos para socorrer a su sistema bancario, está llegando a las costas sudamericanas en la forma de capitales especulativos de corto plazo, tradicionalmente denominados “golondrina”. Buscan en Uruguay, Brasil o Argentina altos rendimientos de corto plazo a través de colocaciones en títulos de deuda o acciones privadas, de alta variabilidad en períodos breves. Ese rendimiento, en moneda local, se traduce en similar tasa de ganancia en dólares, ante un marco de estabilidad de las paridades cambiarias en el corto plazo.

La propuesta de Marcó del Pont, también respaldada por las políticas económicas y monetarias de Brasil, es que las autoridades públicas no permanezcan pasivas, sino que estrechen el sendero tanto para el ingreso como para la salida de los capitales especulativos. Los países centrales recomiendan hacer exactamente lo contrario.

El ingreso en masa de capitales financieros en dólares provoca una abundancia de éstos y, por lo tanto, la caída del valor de la divisa estadounidense (apreciación cambiaria de la moneda local), desalentando la inversión en bienes exportables y reduciendo el crecimiento, señaló Marcó del Pont. Afecta, además, la diversificación de la estructura productiva y de las exportaciones, agregó. La protección del valor del dólar, manteniendo una paridad respecto del peso, o el real, que vaya subiendo en una medida cercana a los precios internos (inflación), es una reivindicación de los sectores industriales, que choca contra los intereses y el lobby de los grupos financieros y capitales golondrina.

Entre los participantes de las jornadas monetarias desarrolladas en Montevideo, se encontraba José Mujica, presidente de Uruguay. Frente a frente con el mandatario uruguayo, Marcó del Pont reiteró el concepto y lo graficó con una frase concluyente. “Los países avanzados, tanto como los organismos internacionales que recomiendan el libre comercio y la ausencia de políticas industriales activas, parecen estar derribando la escalera que ellos usaron para desarrollarse.”