ECONOMíA › EL VICEPRESIDENTE DE LA UIA SE QUEJO DE LA “EXCESIVA INTERVENCION ESTATAL QUE AHOGA LA ECONOMIA”. REPLICA DE MARCO AURELIO GARCIA
La conferencia anual de la central fabril se llenó de discursos e imágenes propias de la década pasada, como el reclamo por una preeminencia del mercado y la reunión del G-6.
› Por Cristian Carrillo
El ala más ortodoxa de la Unión Industrial Argentina buscó reflotar ayer la idea del lai-ssez faire. El vicepresidente de la entidad, Federico Nicholson, sostuvo que “la excesiva intervención estatal ahoga la economía”. “La potencia del mercado para generar riqueza y expandir libertades es inigualable”, agregó el empresario, quien presidió la 16º Conferencia Industrial que se de-sarrolló ayer –y se extiende hasta hoy– en el predio de Costa Salguero. Los dichos de Nicholson generaron incomodidad entre algunos de los presentes. El contrapunto provino del invitado estrella del encuentro: Marco Aurelio García, el principal asesor en política externa del presidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva. “Necesitamos una política industrial con intervención del Estado, no libre mercado”, argumentó el funcionario brasileño. Durante el almuerzo tuvo lugar una nueva reunión del autodenominado Grupo de los 6, con las principales cámaras empresarias, al que se sumó en esta oportunidad el titular de Federación Agraria, Eduardo Buzzi, quien no forma parte habitual de ese elenco patronal.
En la apertura del evento, Nicholson hizo una serie de consideraciones que luego intentó suavizar, cada vez que se le preguntaba al respecto. “El Estado no puede hacerlo todo y ya son pocos los que creen en el Estado empresario ocupándose de las cosas que puede hacer mejor el sector privado”, sentenció. El ejecutivo de Ledesma agregó que se requiere de “una economía de mercado competitiva, integrada al comercio mundial”. “No sólo se requieren condiciones macroeconómicas adecuadas, sino un Estado concentrado en lo que debe hacer y no gastando energía donde no debe”, agregó. De todos modos, solicitó que se defienda y proteja a la industria de la competencia desleal.
De inmediato comenzaron las repercusiones en los pasillos. El titular de la UIA, Héctor Méndez, sostuvo a este diario que “desconocía completamente el contenido del discurso de Nicholson”. Por su parte, el secretario de esa entidad, José Ignacio de Mendiguren, intentó explicar el motivo de los dichos. “No soy su traductor, pero lo que quiso expresar es su temor de que se pase del liberalismo de los ‘90 a una situación de demasiado control sobre la economía”, afirmó.
Los industriales suelen deshacerse en elogios al referirse a la política industrial brasileña. De hecho, en los encuentros previos a la Conferencia, se remarcó la presencia de Marco Aurelio como una de las disertaciones más destacadas. Sin embargo, los dichos del funcionario no fueron en línea con lo que esperaban, sobre todo en referencia a la participación estatal en la actividad económica. “La política tiene que ser distinta que en el pasado, con mayor incidencia del sistema educativo, y eso lo otorga el Estado”, dijo. El asesor de Lula vaticinó el inicio de una nueva alternativa al crecimiento desigual que muestra la región. “Es preciso una política de solidaridad e inteligencia productiva, porque nadie puede vivir bien si los vecinos no”, afirmó Marco Aurelio. La exposición del brasileño recogió pocos aplausos.
En ese mismo panel se encontraba el director del Departamento de Estudios Económicos de la UIA, Martín Etchegoyen, que explicó que la entidad es “compleja” porque las empresas asociadas son “muy diversas”. El directivo insistió en que el desarrollo requiere capacidad institucional, tanto públicas como privadas. Paradójicamente, el moderador de ese panel fue el titular de Fiat Auto, Cristiano Rattazzi, quien se limitó a señalar el “extraordinario” crecimiento de la industria, y vaticinar que en el futuro la tendencia continuará.
Finalizada esa primera tanda de paneles se invitó a un almuerzo, en el cual el centro del salón estaba reservado para un encuentro de los presidentes de las cámaras del G-6. En la mesa se encontraban Méndez; el titular de la Cámara de Comercio, Carlos de la Vega; de la Construcción, Carlos Wagner; de la Bolsa, Adelmo Gabbi; de la Asociación de Bancos Privados de Capital Nacional (Adeba), Jorge Brito, y de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati. También estaban Rattazzi, De Mendiguren y Buzzi.
El temario del almuerzo fue amplio: debatieron sobre inflación, el proyecto de ley para repartir parte de sus ganancias con los trabajadores y la brecha productiva entre Brasil y la Argentina. “No estuvo planteado con una agenda específica. Sí se habló del tema de la ley de (el diputado Héctor) Recalde”, explicó Biolcati a Página/12. El dirigente ruralista opinó que la iniciativa requiere de un tratamiento especial por tipo y tamaño de empresa. “Por ejemplo, nosotros no tenemos idea de cuál es la utilidad del sector. Así como está planteado es inadmisible”, insistió el titular de la SRA.
En realidad, el tema de la ley de participación de las ganancias había pasado inadvertido en la mesa hasta que la diputada socialista Alicia Ciciliani se acercó a saludar. Consultada por los empresarios, la legisladora les respondió: “Si no les convence, están invitados a debatir la propuesta”. Al respecto, Méndez sostuvo a este diario que tiene pensado ir a dar debate en marzo.
“La inflación es un tema que se trató en la mesa, pero no creo que sea algo que complique el panorama a futuro. Con los actuales precios de los commodities, las perspectivas para el país son buenas”, comentó el titular de la cámara de la construcción. De Mendiguren coincidió: “La inflación es manejable”.
Si bien los consultados omitieron el tema, las dilaciones en la aprobación del Presupuesto para el año próximo son también una preocupación de los empresarios. “Aunque hay herramientas legales para repetir el Presupuesto anterior, sería bueno que sancionen el de 2011. Lo mejor es que se pongan de acuerdo”, manifestó el secretario de la UIA. El empresario textil contestó a los dichos del titular de la CGT, Hugo Moyano, quien criticó a los empresarios por no dar debate en el Congreso. “En lugar de debatir este proyecto tenemos que ponernos de acuerdo para ver cómo aceleramos la matriz productiva y no sólo exportar productos primarios. Tenemos que tener esa mesa de discusión. Así, en dos años estaremos en una participación del 50 y 50 en el Producto”, opinó.
El presidente de Adeba se refirió a los pedidos de los industriales sobre la falta de crédito. “Para eso es necesario alargar los plazos de los depósitos”, se defendió ante este diario. “Sólo somos un intermediario entre esos depósitos y los créditos”. insistió.
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