Mar 14.12.2010

ECONOMíA  › ANáLISIS DE LA CEPAL SOBRE LA RECUPERACIóN ECONóMICA EN LA REGIóN

Crecer pese a la turbulencia

El pronóstico del instituto de estudios económicos de la Cepal es que Argentina crecerá 8,4 por ciento este año y 4,8 por ciento el siguiente, afectada, igual que el resto de la región, por un “entorno turbulento” dado por la crisis en los países centrales.

La Argentina será en 2010 el cuarto país de mayor crecimiento de América latina y el Caribe, y el séptimo en 2011, según el reciente informe que elaboró la Cepal. El organismo indica que este año la economía local cerrará con un avance de 8,4 por ciento, detrás de Paraguay, Uruguay y Perú, y vaticina que en 2011 Argentina crecerá un 4,8 por ciento, debajo de Haití (por la reconstrucción después del sismo), Panamá, Perú, Chile, Uruguay y República Dominicana. El año 2011 tendrá un “entorno turbulento” para la región, a partir de la desaceleración del crecimiento de las economías industrializadas y por la alta liquidez en los mercados, que alientan los flujos de capitales hacia los países emergentes. En este sentido, el desafío de los gobiernos de la región, para la Cepal, es evitar la apreciación cambiaria. Según los datos que ofrece el documento, la inflación promedio de la región está en torno del 6 por ciento, muy por debajo de los valores locales.

En su “Balance preliminar de las economías de América latina y el Caribe”, la Cepal considera que la recuperación económica de la región comenzó a mediados de 2009 y estuvo impulsada por las políticas públicas. El consumo privado y la inversión acompañaron el proceso, aumentando paulatinamente su importancia como motor del crecimiento. “Las medidas contracíclicas adoptadas por varios países tras la crisis internacional impactaron positivamente en el crecimiento, lo que permite asegurar un aumento de 4,8 por ciento del PIB por habitante en 2010”, señaló la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena.

Sin embargo, la recuperación económica en el mundo es “a dos velocidades”. En 2010 los países en desarrollo crecerán un 7,1 por ciento, mientras que los avanzados, 2,3 por ciento. De la misma forma, en 2011 las naciones emergentes avanzarán a un ritmo del 6 por ciento anual, muy por encima del 1,9 que registrará el mundo industrializado, dice el informe.

Según la Cepal, el crecimiento de América latina y el Caribe será en 2010 de un 6 por ciento, la mejor marca desde 2004, liderado por Paraguay (9,7 por ciento), Uruguay (9,0) y Perú (8,6 por ciento). En el cuarto puesto del ranking de 21 países se encuentra la Argentina, con el 8,4 por ciento. Esta previsión supone una mejora frente al 6,8 por ciento que había estimado el organismo en su anterior informe del mes de julio.

Para 2011 la Cepal prevé un menor impulso sobre la demanda de parte del gasto público. Además, la desaceleración proyectada para la economía mundial afectará los flujos de comercio y de remesas. En este “entorno turbulento”, como define el informe, el crecimiento de la región será de 4,2 por ciento. En América del Sur, Perú y Chile muestran el mejor desempeño, con avances del 6,0, seguido por Uruguay, mientras que la Argentina crecería un 4,8 por ciento.

Uno de los principales desafíos para América latina es contener la tendencia a la apreciación de las monedas, impulsada por la elevada liquidez en los mercados y la atractiva rentabilidad con bajo riesgo que ofrecen las plazas de la región, señala el organismo. “Cabe esperar un deterioro de las cuentas externas, pero en el corto plazo no peligra el crecimiento, por el contrario, la entrada de capitales puede aumentar la demanda interna”, indica el informe. Sin embargo, el deterioro de la cuenta corriente incrementa la vulnerabilidad a los shocks financieros, a medida que aumenta el financiamiento externo para solventar el crecimiento. Además, la liquidez global también presiona al alza a los precios de los productos básicos, incentivando un tipo de especialización intensiva en la producción y exportación de bienes primarios.

Para combatir la apreciación, la Cepal recomienda regular la entrada de capitales de corto plazo y una intervención activa en el mercado cambiario por parte de la autoridad monetaria. En línea con la discusión que instaló el gobierno nacional en torno de la necesaria coordinación de acciones entre el Banco Central y el Ejecutivo, Bárcena destacó que “los ministros de Hacienda y bancos centrales están dialogando entre sí con bastante más dinamismo que antes y todos están tratando de ver cómo se va a comportar la región en estos temas”.

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