Las ventas de vehículos en el mercado local podrían crecer hasta un 20 por ciento en 2011, superando las 750 mil unidades, estiman en la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara). La proyección se basa en la dinámica esperada en la demanda privada, el avance de la economía brasileña y el lanzamiento de nuevos modelos por parte de unas cuantas terminales automotrices. La Acara estima que la producción nacional de automóviles superará las 700 mil unidades en 2010 y llegaría a las 800 mil el próximo año.

Ese horizonte promisorio vino acompañado de quejas del sector de la comercialización de automóviles: criticaron la reciente regulación no formal que la cartera industrial propuso a las empresas importadoras de autos, que en la práctica derivaría en una reducción de la actividad de las terminales no radicadas y, por consiguiente, en los concesionarios que trabajan con esas marcas.

El patentamiento en 2010 cerrará en unos 660 mil vehículos, un record absoluto. “Fue un año inesperado por la cantidad vendida, pero también por cómo fue el cierre. De octubre a diciembre históricamente se observó una baja en los patentamientos, porque era preferible esperar unos meses y tener un modelo nuevo. Este año no sucedió lo mismo. La demanda se sostuvo porque la gente prefiere los descuentos y quedarse con un modelo más viejo”, explicó Horacio Delorenzi, director general de la Acara.

El fuerte avance de los últimos años de la industria automotriz determinó que la cantidad de habitantes por vehículo en la Argentina sea la menor de América latina. Una de las causas que explican el impactante avance del mercado es la evolución de los precios de los vehículos, que crecieron por debajo de otras variables de la economía. Por ejemplo, en general la relación entre el precio de un automóvil y el salario de los trabajadores registrados cayó, y los precios en dólares en el mercado local son más bajos que los que se registran en Brasil.

La semana pasada, la ministra de Industria, Débora Giorgi, se reunió con las empresas automotrices importadoras y les pidió que reduzcan su déficit comercial en un 20 por ciento para las compras de productos que provengan de países ajenos al Mercosur. Esas adquisiciones representan cerca del 5 por ciento del total de las ventas internas y llegan a unos mil millones de dólares anuales. Más allá de la difundida reunión entre Giorgi y las importadoras, otros empresarios de las concesionarias dudan de que la medida se lleve finalmente a cabo. En el Ministerio de Industria indican que la idea es la autorrestricción por parte de las compañías, pero no descartan la aplicación de mecanismos de control como las licencias no automáticas de importación o medidas paraarancelarias.