ECONOMíA › INFORME MUNDIAL DE SALARIOS
› Por Tomás Lukin
Desde Santiago
El Informe Mundial de Salarios presentado ayer por la Organización Internacional del Trabajo en Santiago de Chile sostiene que el crecimiento salarial mundial pasó de 2,6 por ciento en 2007 hasta el 1,5 por ciento en 2009. Este comportamiento se explica por la crisis financiera global y su impacto sobre el empleo. Si se excluye a China la tendencia declinante de los aumentos salariales sería todavía más pronunciada. El incremento de la desocupación en más de 29 millones de personas y las medidas de flexibilización laboral aplicadas por algunos países, fundamentalmente europeos, impulsaron ese cambio de comportamiento en las remuneraciones reales de los trabajadores. El estudio sobre 115 países que OIT realiza cada dos años arroja diferencias relevantes por región: mientras que los ingresos reales cedieron en las economías avanzadas, Asia Central y Europa del Este, en Asia y América latina la evolución del salario real se mantuvo positiva durante los dos años de crisis.
La región latinoamericana registró una variación positiva en las remuneraciones reales del 2,2 por ciento. El documento elaborado por la OIT destaca que las políticas estatales aplicadas por los países de América latina para preservar los puestos de trabajo y el poder adquisitivo de los asalariados permitieron amortiguar el impacto de la crisis sobre los salarios y marcar un comportamiento opuesto al de las economías avanzadas. En ese sentido, los especialistas que presentaron el informe se encargaron de resaltar que ese comportamiento no respondía a la “generosidad de los empresarios”. A pesar de la fortaleza relativa de los países latinoamericanos, el organismo enfatiza que sus mercados de trabajo exhiben un conjunto de debilidades estructurales, como la fragmentación, bajas remuneraciones, elevada informalidad, mala calidad de los empleos, escasa sindicalización, problemas de género y amplia dispersión salarial.
“Los países de América latina desplegaron un nuevo enfoque para no ajustar salarios y el empleo con políticas activas. Esto marcó un quiebre con las políticas aplicadas en otros años, aunque persiste una situación de desigualdad pronunciada”, señaló a este diario Manuela Tomei, directora de Condiciones de Trabajo de OIT. La funcionaria resaltó también la tendencia al utilizar activamente la herramienta del salario mínimo, “eso fue un cambio significativo al uso dado en otras crisis donde se permitía la pérdida del poder adquisitivo”, consideró. Durante la crisis más del 80 por ciento de los países de la región incrementaron ese piso. El especialista del organismo, Andrés Marinakis, resaltó el rol del programa de Recuperación Productiva (Repro) del gobierno argentino que permitió preservar más de 140 mil puestos de trabajo durante la crisis. Al mismo tiempo, la OIT advierte que las variaciones del salario real pueden estar sobreestimadas. La creciente evolución de las remuneraciones podrían estar reflejando la destrucción de los puestos de trabajo peor pagos y no incrementos en los salarios promedio. Por eso, señalan que el aumento en el promedio no implica necesariamente una mejora efectiva en el ingreso real de los trabajadores o en sus condiciones de empleo.
Antes de la presentación del Informe Mundial de Salarios el presidente de Chile, Sebastián Piñera, realizó un discurso frente a los delegados de todos los países participantes donde destacó la centralidad del empleo de calidad para su gestión y recordó su propuesta de campaña para crear un millón de empleos durante su presidencia. Al comenzar su intervención un extenso grupo de representantes de trabajadores de Brasil, Argentina, Perú, Ecuador, Nicaragua y Chile, junto con los delegados de la Confederación Sindical Americana y la Federación Sindical Mundial, se retiraron del salón para repudiar el despido de 8000 empleados estatales desde marzo, cuando asumió Piñera. El empleo público representa alrededor del 10 por ciento de todos los asalariados y el mandatario se había comprometido a “mejorar la situación contractual de los empleados públicos”. En la entrada del hotel que alberga la reunión, se concentraron alrededor de 150 trabajadores para manifestarse contra los despidos y reclamar aumentos salariales. Los delegados de los trabajadores latinoamericanos que participaron del improvisado acto lamentaban la escueta movilización de la Central Unica de Trabajadores chilena.
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