Jue 16.12.2010

ECONOMíA  › EL INDICE DE PRECIOS AL CONSUMIDOR SUBIó 0,7 POR CIENTO EN NOVIEMBRE

La carne es débil frente a la inflación

El rubro carnes trepó 1,9 por ciento y acumula una suba de 37,3 por ciento en un año. Junto con los lácteos, es el principal motor de la suba en alimentos. También subieron fuerte Indumentaria, Equipamiento para el hogar y Atención médica.

El Indice de Precios al Consumidor aumentó 0,7 por ciento en noviembre y en lo que va del año el alza llega a 10 por ciento, según informó ayer el Indec. Los rubros que más subieron fueron Indumentaria (1,2), Equipamiento y mantenimiento del hogar (1,1), Atención médica y gastos para la salud (0,9) y Alimentos y Bebidas (0,9). Dentro de este último capítulo volvió a sobresalir la carne, que trepó 1,9 por ciento. Por su parte, la Canasta Básica Alimentaria, que incluye los bienes indispensables para no caer en la indigencia, subió 1,1 por ciento respecto de octubre, mientras que la Canasta Básica Total, que mide la pobreza, avanzó uno por ciento. Para las consultoras privadas, que utilizan una metodología desconocida y un tamaño de muestra mucho menor, la suba de precios fue poco más del doble que la oficial.

Alimentos y Bebidas es el rubro con mayor incidencia dentro del IPC (37,9 por ciento), siendo el ítem carnes el más relevante. En noviembre subió 1,9 y con respecto a noviembre de 2009 acumula un aumento de 37,3 por ciento. Allí se incluye no sólo la carne vacuna sino también aves, pescados y mariscos, fiambres y embutidos. No obstante, el primer ítem es el que registró la mayor suba en lo que va del año. El Indec no publica ese dato, pero la evolución de los precios mayoristas permite tener una referencia aproximada. El 30 de noviembre del año pasado, el Indice General del Mercado de Liniers cotizó a 3,45 pesos y el 30 de noviembre de este año a 7,63 pesos, 121 por ciento más.

El mes pasado también se registraron fuertes subas en azúcar, miel, dulce y cacao (1,6 por ciento) y productos lácteos y huevos (1,2). La acelga fue el producto que más subió (23 por ciento). Sin embargo, en promedio las verduras subieron sólo 0,2 por ciento. De hecho, el ají bajó 49,2 por ciento con respecto al mes anterior, el tomate redondo un 44,4 por ciento y la cebolla un 6,9 por ciento.

Alimentos y Bebidas es el rubro que impacta más fuerte en los sectores de menor poder adquisitivo, que destinan la mayor porción de su salario a garantizar su alimentación, pero no es el único que subió fuerte. Las otras aperturas que completaron el podio de subas fueron Indumentaria (1,2), debido al recambio de temporada, Atención médica y gastos para la salud (0,9) y Equipamiento para el hogar (1,1). En este último caso, el Indec no ofrece ningún nivel de desagregación, pero el boom de consumo que se viene registrando en los últimos meses es una de las causas para explicar la suba de precios.

Por último, Esparcimiento subió 0,8 por ciento impulsada fundamentalmente por Diarios, revistas y libros (0,9 por ciento), pues Turismo trepó sólo 0,3 por ciento. Educación subió 0,6 por ciento, Transporte y comunicaciones 0,5 y Vivienda y servicios básicos 0,3 por ciento.

El principal factor que explica la inflación para los analistas ortodoxos es el aumento de la demanda agregada motivado por medidas como la Asignación Universal por Hijo, el aumento de salarios y jubilaciones y la caída del desempleo. Sin embargo, el porcentaje de utilización de la capacidad instalada (79,2 por ciento) permite relativizar este argumento, ya que no se observa una razón para que los empresarios aumenten precios habiendo invertido previamente con el objetivo de producir más cantidades. Además, el costo salarial debe compararse con la productividad, que de hecho aumentó por encima de los salarios.

Desde la heterodoxia, en cambio, se afirma que la suba de precios se explica por el incesante aumento en el precio de los commodities agrícolas, que descarga las subas a nivel interno por no haber una política de retenciones móviles, y la estructura concentrada de los principales mercados. No obstante, remarcan que la inflación no debe alarmar a la población porque el salario real continuó mejorando en estos últimos años y la experiencia internacional y de la propia historia argentina muestran que mientras las principales variables macroeconómicas estén controladas, se puede seguir creciendo y mejorando la distribución del ingreso aun con tasas de inflación alta.

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