El sindicato del personal jerárquico petrolero de la Patagonia y la empresa YPF aceptaron, finalmente y tras una prolongada discusión, acatar la conciliatoria obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo en el conflicto que mantenía paralizada la salida de crudo de Santa Cruz y Chubut, y había derivado en fuertes incidentes en los últimos días. Al tiempo que los delegados y dirigentes sindicales anticipaban que una asamblea de trabajadores decidiría ayer mismo dejar en suspenso las medidas de fuerza, la petrolera se comprometió a reincorporar a los trabajadores despedidos e iniciar conversaciones para encontrar un acuerdo en torno del reclamo sindical y de encuadramiento de los trabajadores.

Nueve horas duró la reunión que se inició en la noche del viernes en la cartera laboral. La solución, aunque parcial, llegó a pocos días de que la paralización de las instalaciones de Termap, desde donde se embarca el crudo producido en la Patagonia hacia las refinerías, llegara a convertirse en causa de desabastecimiento de materia prima para la elaboración de combustibles. Las medidas de fuerza comenzaron el 1º de diciembre, aunque el conflicto se originó varios meses atrás. De todos modos, desde que comenzó el mes el clima de agitación fue “in crescendo” y derivó, en los últimos días, en la ocupación de la planta de almacenamiento y despacho del crudo. Como las instalaciones de Termap son, además, el punto de salida por vía marítima de todo el petróleo que se produce en la cuenca, su paralización no sólo cerró el grifo al petróleo de YPF sino al de las demás empresas que extraen en la zona, principalmente de Pan American Energy y Oxi. Ante la imposibilidad de embarcarlo, YPF había decidido, la semana anterior, dejar de bombear petróleo también en los pozos que explota en la provincia de Santa Cruz.

La planta de almacenamiento y despacho Termap se encuentra en territorio chubutense. Su propiedad es compartida por las petroleras que la utilizan: YPF, PAE y Oxi. Está ubicada cerca de Comodoro Rivadavia, en la localidad de Caleta Córdova, cercana al límite entre Chubut y Santa Cruz. El petróleo de la zona abastece aproximadamente la mitad del crudo que utiliza el país en refinerías para producir naftas, gasoil y otros derivados.

El sindicato de jerárquicos y profesionales, que motorizó el conflicto, se comprometió a levantar todas las medidas de fuerza a cambio de la reincorporación de los 160 empleados despedidos, como represalia, una vez que se desató el paro. También se convino el comienzo de las discusiones en torno del reencuadramiento sindical de todo el personal de niveles superiores. Además, según reconoció la propia empresa en un comunicado, el acuerdo “contempla el análisis de un eventual ajuste salarial” para el sector. Ahora le corresponderá al Ministerio de Trabajo encontrar una fórmula que destrabe el conflicto y evitar que, al finalizar el período de conciliación obligatoria, se vuelva a posiciones duras.

El acuerdo para el acatamiento de la resolución de la cartera laboral llegó apenas 72 horas después de que se conociera la decisión de YPF de aumentar casi un 5 por ciento el valor de sus naftas en surtidor. Aunque la medida fue tomada exclusivamente por la ex petrolera estatal, se especula con que la medida sería seguida por un comportamiento similar de las otras marcas de peso en el sector (Esso, Shell y Petrobras). Estas, sobre todo Esso y Shell, mantienen una posición tirante con el Gobierno, que desde la Secretaría de Comercio le objetó en diversas oportunidades decisiones de aumento. El mercado de combustibles funciona en Argentina formalmente exento de regulaciones de precios. Sin embargo, para evitar abusos, dicha repartición suele amenazar con aplicar la ley de abastecimiento cada vez que se producen cambios en las condiciones comerciales del producto.

En cuanto al sindicato de jerárquicos del sur, junto al sindicato de trabajadores petroleros de Santa Cruz y Chubut, son dos de los que no suscribieron el Acuerdo de Diálogo firmado pocas semanas atrás por el gobierno nacional, las empresas del sector, los gobernadores de provincias petroleras y otros gremios del sector con representación en el resto del territorio nacional.

El conflicto de encuadramiento se da entre el sindicato del personal jerárquico petrolero de la Patagonia y el SUPE, el tradicional gremio del sector que históricamente condujeran Diego Ibáñez (ya fallecido) y Antonio Cassia, ambos ex directores de YPF por la representación obrera en tiempos de Carlos Menem. A su vez, ese conflicto está cruzado con el que mantiene el gobernador de Chubut, Mario Das Neves, con la empresa YPF por diferencias en las regalías que la provincia debe cobrar de la petrolera en función del crudo que extrae en su territorio. En medio del conflicto, cuando la ocupación de la planta de Termap y la aparente falta de salidas amenazaba con provocar de-sabastecimiento de petróleo a nivel nacional, Das Neves había resuelto jugar fuerte contra la empresa, responsabilizándola por las consecuencias y amenazando con quitarle la concesión de las áreas si no encontraba una solución.

Por ahora, las aguas volvieron a su cauce, aunque son tantos los factores políticos que atraviesan el conflicto que nada permite asegurar que el camino esté allanado hacia una solución definitiva.