Pese a la decisión del gobierno nacional de liberar más del 76 por ciento del saldo exportable, el mercado del trigo sigue sin normalizarse. La actitud de los exportadores, reticentes a salir a comprar a los niveles de precio actuales, está provocando el malestar de los sectores ligados a la producción. Mientras que acopiadores y la Bolsa de Cereales de Rosario responsabilizó directamente al Gobierno por “las distorsiones” en el mercado, desde la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, su titular, les apuntó a los exportadores y reclamó una intervención más activa del Gobierno para evitar que aquéllos “sigan esquilmando” a los productores.

En la última semana, el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, había juzgado como inconcebible que los exportadores y molineros estuvieran pagando a los productores 50 dólares menos por tonelada del precio que correspondería en función de los valores internacionales. Ratificó, en ese momento, que más de las tres cuartas partes del saldo exportable estaba ya autorizado para comercializar y que en la primera semana de enero se liberaría el cuarto restante. Sin embargo, la exportación mantiene la actitud reticente para obligar a los productores a liquidar a menos precio los granos.

Buzzi, aunque coincidió con el diagnóstico de Domínguez, advirtió que “sin voluntad política seguirá habiendo distorsión de precios, por la combinación de empresas exportadoras con una posición dominante, falta de competencia y un Gobierno débil y funcional a esa concentración”. Sostuvo que el gobierno nacional debería aplicar una política de intervención más decidida en el mercado para asegurarles el precio a los productores y quebrar las maniobras especulativas de la exportación.

Los acopiadores y la Bolsa de Cereales rosarina también protestaron, pero en sentido contrario. Culparon a “la excesiva intervención” del Gobierno en el mercado por las actuales consecuencias, mostrándose partidario de una libertad absoluta de mercado, sin cupos para garantizar el abastecimiento interno.

La Bolsa de Cereales de Rosario reclamó “terminar con la incertidumbre que generan las intermitencias en las habilitaciones de exportación” para la producción agropecuaria. En tanto que la Federación de Acopiadores de Cereales reclamó “abrir las exportaciones de trigo sin ningún tipo de cupos, cuotas o restricciones de cualquier naturaleza”. Tanto en una como en otra entidad tienen fuerte influencia las más importantes exportadoras de cereales. Dichas cerealeras, tal cual recordó ayer Bu-zzi, están sospechadas por maniobras por dos mil millones de dólares que debían pagar al Estado en los últimos años y no lo hicieron.