El nivel general de salarios creció en los primeros once meses del año pasado 24,7 por ciento, informó ayer el Indec. Respecto de octubre, los salarios evidenciaron un incremento del 1,1 por ciento. En el cotejo mensual, los trabajadores no registrados lograron una mejora de 2,8 por ciento en sus haberes, contra el uno por ciento que obtuvo el sector formal. En tanto, los empleados públicos no mostraron cambios en sus salarios, los cuales tuvieron las mayores variaciones hasta octubre.

Para los trabajadores en blanco la suba salarial de enero-noviembre fue de 27,2 por ciento, como consecuencia de las negociaciones paritarias que se fueron resolviendo desde comienzos de 2010. Para los no registrados el ajuste salarial ascendió a 21,2 por ciento, mientras para los estatales fue de 21,7. Esto da como resultado una suba promedio de 26,0 por ciento en noviembre último respecto de igual mes de 2009. Si se toma en cuenta el índice de precios al consumidor del Indec, el cual avanzó 11 por ciento en ese lapso, los trabajadores hubiesen tenido una fuerte recomposición en términos reales. Este dato, en rigor, aumenta las suspicacias sobre la medición oficial de la inflación.

El informe del Indec sobre salarios no toma en cuenta los ajustes excepcionales que se otorgaron en los últimos meses del año. El indicador aísla las variaciones relacionadas con cantidad de horas trabajadas, ausentismo y premios por productividad, entre otros. La serie muestra además que el más beneficiado desde 2003 fue el sector privado registrado, en coincidencia con el repunte económico y del empleo, así como de las rondas de negociaciones paritarias a partir de 2003. Además, respecto del período base de la estadística –cuarto trimestre de 2001– el salario de trabajadores en blanco se multiplicó por 4,7 veces, los no registrados por cuatro y los estatales por tres.