ECONOMíA › HUGO MOYANO ESTIMó QUE UNA CIFRA BASE PARA LAS PARITARIAS ES EL 20 POR CIENTO. EN LA UIA LO CONSIDERAN RAZONABLE
El titular de la CGT tiró ese porcentaje para descomprimir las expectativas inflacionarias atadas a la negociación salarial. De todos modos, aclaró que cada sector pactará un ajuste según las condiciones de su actividad.
› Por Cristian Carrillo
El titular de la Confederación General del Trabajo, Hugo Moyano, estimó que el promedio de aumentos salariales para este año rondará el 20 por ciento. Esa cifra fue interpretada por empresarios y funcionarios del Gobierno como un aporte a desincentivar las expectativas de inflación para el 2011, ya que podría utilizarse ese porcentaje como techo para las paritarias de varios rubros. De todos modos, el líder sindical aclaró que cada gremio adecuará su pedido de acuerdo con el desempeño que viene exhibiendo el sector que represente. Esos números serán el eje del encuentro –varias veces postergado– de la cúpula sindical con la mesa chica de la Unión Industrial. Moyano sostuvo que la semana próxima se reanudarán las conversaciones con la central fabril, mientras las partes esperan el llamado del Gobierno nacional para abrir el diálogo tripartito. Desde el Ministerio de Trabajo explicaron a este diario que la idea es que gremios y empresarios se pongan primero de acuerdo, antes de que intervenga el Estado.
El secretario general de la CGT reiteró ayer, en declaraciones radiales, que el parámetro utilizado para las paritarias de este año será el incremento de precios de los alimentos, el cual estimó “en líneas generales entre veinte y veintipico por ciento”. “No queremos entrar a discutir técnicamente cómo se mide la inflación, porque ponen productos que el trabajador no utiliza, y entonces tomamos como base lo que a nuestro entender es la inflación en el supermercado, ya que una familia destina el 80 por ciento o más de su ingreso a alimentos”, explicó el líder de camioneros.
Las paritarias durante todo 2010 concluyeron con un promedio de alzas de entre 24 y 27 por ciento (punta a punta), aunque en algunos gremios se reclamó un ajuste adicional –plus de fin de año– porque argumentaron haberse quedado rezagados frente a la inflación del año (ver aparte). Es por eso que la estimación de Moyano para este año implica una baja en las expectativas de inflación. Las primeras paritarias para este año se inician con los bancarios en las próximas semanas. “Cada uno hace los números que cree conveniente, teniendo en cuenta que cada una de las actividades ha tenido evoluciones distintas”, aclaró Moyano. El secretario de la UIA, José Ignacio de Mendiguren, dijo a Página/12 que “un 20 como pauta general a los efectos de desalentar expectativas inflaciones es positivo”. “Y si la situación no fue como se pensó, se puede renegociar más adelante”, advirtió, y también admitió que debe verse la incidencia de los salarios en cada uno de los sectores.
El secretario de Derechos Humanos de la CGT, Julio Piumato, buscó quitarle trascendencia a la estimación de Moyano. “La CGT tiene establecido no fijar ni techos ni pisos. No puede ser el mismo número para todas las negociaciones salariales”, dijo a este diario el titular del gremio de judiciales.
Los dirigentes sindicales coincidieron en las críticas vertidas a los formadores de precios. “Uno de los condimentos que hace que haya inflación es la gran posibilidad de compra que hoy tiene la gente, pero también tiene que haber una responsabilidad en los aumentos de los precios. Se requiere una cultura en los empresarios de no remarcar las mercaderías más allá de lo normal”, señaló Moyano. “No puede existir una diferencia de precios tan abismal para el mismo producto dependiendo de la ubicación del comercio. Esto implica que esos valores van de acuerdo a la capacidad de compra de la gente”, opinó Piumato. De Mendiguren también reconoció que existe “un gran lobby en torno de una alta inflación”.
Moyano consideró que una lucha unilateral contra los aumentos de precios no es viable. “En la época de (el ex presidente Juan Domingo) Perón, cuando se combatía el agio y la especulación, tampoco dio resultados. Por eso es necesario que se pongan de acuerdo los sectores productivos y sindicales”, recordó. Ese tipo de acuerdos podría cristalizarse en el diálogo tripartito que convocó en noviembre último la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Empresarios y sindicalistas reconocen que no hubo llamados de parte del Gobierno luego del anuncio, por lo cual se buscará avanzar en un preacuerdo entre la CGT y la UIA para reflotar la iniciativa de conformar el Consejo Económico y Social.
Moyano reconoció que las reuniones con la mesa directiva de la UIA se encuentran “demoradas” por las vacaciones de los empresarios, pero aseguró que el clima es “tranquilo”. El líder de la CGT estimó que la semana próxima podrían sentarse a dialogar con el presidente de la UIA, Héctor Méndez. Argumentó que para la CGT el tema fundamental es “contribuir en el crecimiento que tuvo la economía para que no haya desfasaje en inflación y salario”. “Queremos acordar algo que tenga durabilidad y no que se termine en algunos meses”, añadió.
En el último encuentro entre Méndez y Moyano quedó sin tratarse el tema de la inflación y su causa, según relató De Mendiguren. “En el fondo estamos convencidos de que se requiere avanzar en un proyecto conjunto que permita conciliar la inversión con la distribución de la riqueza”, explicó el secretario de la Unión Industrial. El empresario textil consideró además que este tipo de acercamientos entre la UIA y la CGT “ablandan la relación” previo a la participación del Estado, pero implica también que los logros no se puedan plasmar en un acuerdo. En cambio, Piumato consideró que la presencia del Estado es fundamental: “Llevamos tanto tiempo esperando este tipo de acuerdos, ¿por qué no esperar unas semanas más? Es importante que el diálogo se dé y no sea sólo un café”, expresó.
Si bien el tratamiento de los precios y los salarios de este año será el eje del encuentro, advierten acerca de otros temas que consideran deben integrar la agenda. “No es sólo inflación y sueldos. También está la situación de explotación y la necesidad de que los empresarios se comprometan a erradicarlo”, opinó Piumato. De Mendiguren consideró que la integración territorial de la industria es vital. Respecto de la posibilidad de repartir ganancias, las posiciones son encontradas: la CGT lo quiere por ley y la UIA sostiene que se logra aumentando la inversión.
“Creemos nosotros que hemos aprendido de la historia, pues no hay organizaciones gremiales que pidan aumentos salariales desmedidos, pero algunos sectores de la producción aún tienen que aprender”, expresó Moyano.
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