La junta directiva de la Unión Industrial Argentina se reunirá mañana para definir los pasos a seguir tras la renuncia de su presidente, Héctor Méndez, motivada por la dura interna política que vive la entidad. El secretario de la central, José Ignacio De Mendiguren, declaró ayer que la dimisión lo sorprendió y atribuyó la decisión a un cansancio producto de las dificultades para “conciliar los intereses legítimos, aunque diversos, de los sectores que representa la institución”. Igual se manifestó confiado en que se respete el acuerdo de alternancia, según el cual el próximo presidente debería ser un representante del grupo Industriales. “Se va a cumplir porque por algo se firmó, no fue un capricho y esto no es una dedocracia”, sostuvo.

Méndez hizo pública su decisión a través de dos cartas. En la primera se la comunicó a los integrantes de la conducción bajo el argumento de “cuestiones internas” ventiladas fuera “de nuestra casa” y la última, dada a conocer el viernes, le agregó el carácter de indeclinable. De esta forma, el vicepresidente primero Miguel Acevedo, de Aceitera General Deheza, tomará el mando de la entidad fabril hasta abril, cuando finalizaba su mandato.

En la UIA hay dos fracciones: la lista Celeste y Blanca, a la que pertenece Méndez, e Industriales. El mandato de Méndez vencía en abril y estaba previsto el recambio por un hombre de la otra línea interna, pero los enfrentamientos al interior de Industriales pusieron en duda la alternancia. Techint, una de las firmas referentes de este espacio, quiere a Adrián Kaufmann Brea, del Grupo Arcor, pero no le dan los números para imponerlo y amenaza con retirarse de la central si va De Mendiguren, el otro candidato en danza. Esa puja y la consecuente indefinición fue lo que hizo que algunos referentes de la lista Celeste y Blanca agitaran la posibilidad de romper el acuerdo y convocar a elecciones para tratar de imponer otro presidente de esa facción. El titular de Fiat, Cristiano Rattazzi, fue quien se manifestó públicamente en este sentido. También lo hizo el presidente de Aluar, Javier Madanes Quintanilla, quien no integra la UIA, pero es un hombre cercano a la Celeste y Blanca.

De Mendiguren dijo que no tiene “ninguna duda de que el pacto vigente se va a cumplir”, aunque dejó abierta la posibilidad de que se avance en otra dirección al decir que “si alguien tiene una propuesta superadora debe plantearla, analizarse y poner una fecha a partir de la cual entraría en vigencia el nuevo acuerdo”. “Lo que no me parece correcto ni ético es que alguien quiera romper en la mitad del pacto porque no le toca el turno (en la Presidencia). Me refiero a los que estando en la UIA han dicho que no hay que cumplir el pacto”, agregó el empresario textil en referencia al planteo formulado por Ratazzi.