El índice de salarios que elabora el Indec tuvo un crecimiento del 1,82 por ciento en enero respecto del mes anterior. Este incremento promedio de la economía resulta de un alza del 1,62 por ciento en las retribuciones en el sector privado para trabajadores registrados, mientras que los no registrados (“en negro”) tuvieron un aumento sustancialmente superior, del 4,07 por ciento. Los empleados estatales, en tanto, apenas habrían recibido una media del 0,41 por ciento de mejora salarial.

Tomando como referencia el valor de base del índice (cuarto trimestre de 2001), al mes de enero de este año el salario promedio para el trabajador no registrado del sector privado habría tenido un incremento del 320 por ciento, contra 208 por ciento del trabajador del sector público. Es decir, si el salario del sector público hubiera estado en aquel último trimestre de 2001 un 30 por ciento por encima del que recibía el trabajador no registrado, hoy estos últimos los habrían superado en un 5 por ciento a los primeros. Las remuneraciones del sector privado registrado se mantienen en una evolución de largo plazo mucho más favorable, con un incremento del 395 por ciento respecto de ese mismo período de base.

En los últimos doce meses, las diferencias son más moderadas, pero obedecen a la misma correlación. Los salarios del sector privado registrado fueron los que mejor evolución reflejaron en el índice (29,4 por ciento de aumento), seguidos por los privados no registrados (24,8 por ciento), ambos por encima de los del sector público (22 por ciento de incremento).

El índice de salarios estima la evolución de las remuneraciones sin tomar en cuenta la cantidad de horas trabajadas, ausentismo y premios por productividad. Pese a que el trabajo no registrado es, por definición, el que se desempeña en las peores condiciones, es usual que en etapas de recuperación económica sus remuneraciones tiendan a crecer más que los salarios formales. Ello es un resultante de la tendencia de las empresas de todo tamaño a tomar personal no registrado en períodos de repunte, para recién efectivizarlos cuando la tendencia se consolida.