“El control de los flujos de capitales de corto plazo es fundamental para garantizar la estabilidad”, aseveró ayer la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, en un encuentro a puertas cerradas con banqueros centrales de todo el mundo en la sede del Banco Internacional de Pagos (BIS, por sus siglas en inglés). Esa exclusiva reunión tuvo lugar, mientras que los países más poderosos presionan para que las economías periféricas aumenten las tasas de interés como mecanismo para controlar la inflación generada por el alza de los commodities. Durante su presentación, la titular del BCRA cuestionó la eficiencia de esa difundida política para lograr estabilidad financiera frente al aumento de los flujos de capitales y advirtió sobre los costos que acarrea en materia de crecimiento. La funcionaria proyectó un piso de crecimiento del 6 por ciento, mientras que estimó un aumento de la inversión que rondará el 24 por ciento del PIB.

En el marco de esos debates privados en Basilea, Suiza, el titular del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, advirtió en sintonía con la posición del FMI que “el fuerte crecimiento de las economías emergentes está acompañado por la amenaza del sobrecalentamiento”. Sin embargo, a diferencia de la recomendación del Fondo para apreciar el tipo de cambio, elevar las tasas de interés y reducir el gasto, el presidente del BCE fue más respetuoso de las decisiones soberanas de política económica y se limitó a señalar que “existe un objetivo importante que compartimos entre todos los banqueros centrales, que es el de continuar controlando las expectativas de inflación en un momento como el actual donde existe un shock en el precio de los commodities. Pero eso no significa que todos tomemos las mismas decisiones”.

La posición más tolerante con el uso de distintas herramientas para controlar la inflación reflejó algunos disensos existentes entre los distintos bancos centrales del mundo. Si bien la mayoría, posee como objetivo único y excluyente controlar la inflación, existen otros como la Reserva Federal de Estados Unidos o el Banco Central de Brasil, que incorporan a sus metas la creación de puestos de trabajo y el crecimiento económico. Aunque formalmente el BCRA se ubica dentro del primer grupo, Marcó del Pont apoya un proyecto de ley para reformar la Carta Orgánica y ampliar la visión de la entidad incorporando objetivos de empleo y crecimiento.

Durante el encuentro en el BIS la presidenta del Banco Central reiteró también la importancia de mantener las regulaciones sobre los ingresos de capital especulativo: “La capacidad de esterilización de los bancos centrales no es infinita, por lo que resulta fundamental el control de los fondos de corto plazo”, destacó la funcionaria quien también se refirió a la importancia de preservar un tipo de cambio competitivo y destacó la política de acumulación de reservas. En ese sentido, también expuso sobre la utilización de las reservas internacionales para cancelar obligaciones con los acreedores privados y organismos multilaterales. A su vez, la economista destacó la fortaleza de la economía nacional y apuntó a sus pares que “Argentina registró un fuerte proceso de redistribución del ingreso a partir de las políticas instrumentadas en los últimos años”.