La Unión Europea intenta avanzar hacia un nuevo “pacto del euro” que comprometa a los países socios necesitados de ayuda a un duro ajuste en los próximos 12 meses. Con la mira puesta principalmente en España, el Consejo Europeo se prepara para discutir este viernes una propuesta presentada por la canciller alemana, Angela Merkel, para exponer los “compromisos concretos” que asumirán las naciones en materia de reformas económicas para reducir sus niveles de déficit y de endeudamiento externo. Merkel condicionó la ayuda del Banco Central Europeo al cumplimiento estricto de las pautas que se definan en el nuevo pacto, cuya firma definitiva espera concretarse en la cumbre europea del 24.

La definición de cuáles serán los “compromisos concretos” y cómo se estructurará el “calendario de aplicación” son las dos cuestiones que más inquietan a los socios periféricos de la zona euro –España, pero también Grecia y Portugal en la primera línea–. Un borrador elaborado por Alemania definía, en cuatro páginas, las directrices a seguir por cada país miembro para lograr “la convergencia económica” hacia los parámetros de déficit y endeudamiento compatibles con la permanencia en la zona euro. El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, según citan medios económicos europeos, tomó contacto con cada uno de los gobiernos alcanzados por las nuevas exigencias para tratar de compatibilizar las metas a niveles “accesibles”. Sin embargo, “las medidas necesarias para mejorar la competitividad” que estarían planteadas en el documento reelaborado siguen planteando duras reformas a los socios en situación financieramente más comprometida.

Algunas de las exigencias que ya han trascendido señalan la necesidad de reformas en el sistema de jubilaciones, salud y subsidios sociales para los países con “una evolución insostenible en su nivel de deuda”, así como la “necesidad de ajustar los mecanismos salariales”, con especial énfasis en la “descentralización del proceso de negociación”. Este último punto podría provocar un impacto socialmente más fuerte en España, donde es de prever una reacción contraria de las poderosas centrales obreras ibéricas.

El Consejo Europeo busca así superar, mediante un pacto para la competitividad y convergencia de la zona euro, la política de parches utilizada hasta ahora para el rescate de Grecia e Irlanda. Pero a un costo altísimo para las naciones en dificultades.