Dom 03.04.2011

ECONOMíA  › INFORME SOBRE EL PROGRAMA DE FINANCIAMIENTO PRODUCTIVO

Se abrió la ventanilla del crédito para empresas

La línea de crédito Bicentenaria ya tiene proyectos otorgados, aprobados y en estudio por 6400 millones de pesos. En apenas cinco meses, casi 250 iniciativas de inversión de empresas de rubros industriales diversos buscaron este financiamiento en condiciones muy ventajosas.

› Por Roberto Navarro

El Programa de Financiamiento Productivo del Bicentenario, instrumentado por el Banco Central, ya cuenta con proyectos, entre otorgados, aprobados y en estudio, por 6400 millones de pesos en sólo cinco meses. En ese período el sistema financiero entregó apenas 790 millones de pesos en préstamos a empresas. En los próximos días la presidenta Cristina Fernández de Kirchner dará a conocer estos datos y anunciará que el actual sistema es un esquema particular de banco de desarrollo. Página/12 tuvo acceso exclusivo a un informe que el Ministerio de Industria entregó a la primera mandataria, que revela que los proyectos aprobados hasta ahora servirán para sustituir 2295 millones de pesos de importaciones, crearán 7300 empleos y generarán exportaciones por 6435 millones de pesos. Los fondos para financiar los créditos los provee el Banco Central al 9 por ciento anual y son prestados por los bancos públicos y privados al 9,9 por ciento anual en pesos a cinco años con hasta un año de gracia. En el Central aseguran que el plan demuestra que, cuando las condiciones son satisfactorias, las empresas piden crédito e invierten.

“Todos los proyectos involucrados apuntan a profundizar un tejido industrial cada vez más denso, fortaleciendo la matriz productiva nacional, generando nuevos puestos de trabajo genuino, sustituyendo importaciones y aumentando la salida exportadora de nuestros productos con mayor incorporación de valor agregado”, señaló la ministra de Industria Débora Giorgi a Página/12. Y agregó: “Las inversiones permitirán transformaciones estructurales en distintas cadenas de valor como la avícola, textil, automotriz y laboratorios, por citar algunas. Por caso, a partir de la financiación a través del Bicentenario, FIAT comenzará a fabricar un vehículo de clase mundial con un contenido local del 50 por ciento, un porcentaje de integración muy superior a cualquier otro modelo que se fabrica en Argentina. Esta herramienta representa claramente un estilo de banco de desarrollo, que incluye a todo el conjunto de empresas, sectores y provincias”.

El informe de Industria lo califica como proto banco de desarrollo. El 89 por ciento de los créditos fueron otorgados por el Banco Nación, y el resto, por los bancos Credicoop, Santander, HSBC, BICE, Galicia y Nuevo Banco de Entre Ríos. Los proyectos son evaluados por los ministerios de Industria, Economía y Agricultura, con la prioridad de elegir los que generen mayor nivel de sustitución de importaciones, suba de exportaciones y creación de empleo. Luego se giran al Banco Central, en donde se los analiza teniendo en cuenta la posibilidad de repago y finalmente son aprobados por los bancos. Así se evita que los créditos vayan a manos de compañías que luego no cancelen sus pasivos.

La presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, indicó a este diario que “es interesante mostrar que los créditos son bastante diversificados por sector productivo y sobre todo por sector industrial; hay mucho financiamiento al sector de alimentos; también mucho destinado a autopartes. Son sectores estratégicos para el gobierno nacional, indispensables para disminuir desequilibrios de comercio exterior que existen en algunos rubros, como el automotor. En el sector alimentario, además, es fundamental no sólo para aumentar la oferta, sino también para diversificarla, desconcentrarla”. Al respecto, la funcionario señaló que “una de las enseñanzas que nos dejó la crisis internacional es el replanteo del rol de las bancas centrales con respecto a lo que ocurre en la economía real. Así estamos logrando uno de los objetivos del Banco Central, que es lograr la estabilidad monetaria, financiera y económica”. Para luego enfatizar que “esto tiene mucho que ver con la capacidad de la economía de responder a esta demanda creciente que está teniendo nuestro país, a través de una mayor oferta que evite que se generen tensiones en los precios, estrangulamientos del sector externo o que existan situaciones de cuellos de botella”.

Los 116 proyectos de inversión que cuentan con el certificado de elegibilidad otorgado por la Unidad de Evaluación del Programa suman un total de 2769 millones y corresponden más de 40 sectores productivos de todas las provincias del país. Por otra parte, la Unidad de Evaluación del Ministerio de Industria tiene en estudio otros 133 proyectos por 3638 millones de pesos. Estas cifras comprueban la relevancia de esta herramienta de financiamiento, inédita por sus condiciones de tasa de interés y plazo. El éxito del sistema demuestra que cuando la tasa de interés es atractiva, las empresas se endeudan para ampliar su producción.

En octubre último el Banco Central realizó la primera subasta para los bancos interesados en ingresar al negocio. En esa oportunidad se ofrecieron fondos por 230 millones de pesos, que fueron tomados por los bancos Nación, Credicoop, Santander-Río y HSBC. En la segunda subasta el monto subió a 260 millones de pesos y se sumaron los bancos BICE, Galicia y el Banco de Entre Ríos. En la tercera volvió a subir la suma demandada por las empresas, esta vez a 350 millones de pesos y se sumó el Banco de Santa Fe. En la última subasta el monto volvió a subir hasta 450 millones de pesos. Es decir que la propuesta fue sumando cada vez más empresas por mayores montos y despertó el interés de más entidades financieras.

El Programa ha denotado, además, un carácter federal, ya que fue aprovechado por empresas de la mayoría de las provincias. Así, se ha distribuido entre proyectos de la provincia de Buenos Aires, por 905 millones de pesos; Córdoba, 660 millones; Santa Fe, 357 millones; Ciudad de Buenos Aires, 212 millones; Entre Ríos, 200 millones; Neuquén, 125 millones; Corrientes, 94 millones; Mendoza, 54 millones; Chaco, 46 millones, y otras provincias por 116 millones de pesos.

El informe recibido por la Presidenta señala que “una premisa fundamental de este nuevo paradigma se basa en la inversión productiva, que alienta un Estado presente, asegurando equilibrios macroeconómicos, una demanda agregada pujante y el desarrollo inédito de la infraestructura productiva. El Crédito del Bicentenario facilita la ampliación y diversificación de la matriz productiva. Busca un trabajo conjunto con la banca pública y privada, poniéndola al servicio de la producción y el trabajo, y no de la especulación financiera. En forma totalmente voluntaria, las entidades bancarias participan del programa, obteniendo márgenes compatibles con el crecimiento de la industria y el comercio. El plan está destinado a financiar, mediante créditos blandos, nuevos proyectos de inversión destinados a la ampliación de capacidad productiva de bienes y servicios, la relocalización en parques industriales y logísticos y a la actualización tecnológica, entre otros”.

Los principales sectores con créditos aprobados son automotriz y autopartes, con préstamos por 757 millones de pesos; la cadena agroindustrial, 720 millones; la avícola, 339 millones; laboratorios y biotecnología, 300 millones; porcinos, 108 millones; otros alimentos y bebidas, 273 millones de pesos; biocombustibles, 148 millones; comercio, 96 millones; textil, 89 millones; transporte industrial, 60 millones; gráfico e impresiones, 48 millones, y metalurgia e ingeniería industrial, por 31 millones de pesos.

Desde la desregulación financiera implementada por la última dictadura militar el negocio de los bancos concentró cada vez más operaciones especulativas, en ingresos por servicios y en préstamos para el consumo, en detrimento de la atención financiera al sector productivo. La estrategia les dio resultado, ya que los beneficios del sistema siguen creciendo año tras año y en 2010 fueron record histórico. Los bancos tienen líneas de crédito para las empresas, pero en condiciones que desalientan a sus potenciales clientes. De ahí que el Estado se haya hecho cargo del tema. La oferta del Banco Central, a una tasa baja en términos nacionales y competitiva a nivel internacional, demostró que existen muchos proyectos de inversión que se pueden llevar adelante si existe crédito en condiciones razonables.

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