“El establishment está incómodo. No sólo porque perdió la batalla ideológica, sino porque el Gobierno está demostrando que se puede gestionar exitosamente de una manera radicalmente opuesta a la que postula el pensamiento conservador”, afirmó la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont. Las declaraciones de la funcionaria surgieron como respuesta al editorial de ayer del diario La Nación, donde se cuestiona a la economista por utilizar teorías que el matutino considera “estrafalarias y carentes de lógica” y por la respuesta de la autoridad monetaria frente a la suba de precios. Desde que desembarcó en el Central, Marcó del Pont insistió en la necesidad de profundizar el debate acerca del rol del organismo y las herramientas con las que cuenta para desplazar las posiciones dominantes del establishment financiero.

“El desempeño de la economía argentina desde 2003 dejó en claro no sólo que las políticas neoliberales están erradas, sino que existe un camino concreto y sostenible para avanzar en la industrialización del país y mejorar la distribución del ingreso”, expresó Marcó del Pont en declaraciones a la agencia Télam. La titular del Central criticó también las “descalificaciones personales de los mismos que defendieron los gobiernos de facto y a sus conducciones económicas, que son consecuencia de la impotencia”.

La columna editorial del matutino fundado por Bartolomé Mitre, titulada “Absurdas teorías de Marcó del Pont”, cuestiona el uso de las reservas internacionales para el pago de la deuda y los niveles de emisión monetaria que, desde su perspectiva, serían responsables de los aumentos de precios. “La política monetaria ha cuidado estrictamente el equilibrio entre la oferta y la demanda de dinero, con el objetivo de aumentar el nivel de remonetización de la economía, extender la cobertura de los servicios financieros, es decir, incrementar el grado de bancarización y permitir que el crédito crezca, especialmente el crédito a la producción”, sostuvo Marcó del Pont.

En sus intervenciones públicas la funcionaria advierte que la inflación no tiene una raíz monetaria y señala la existencia de múltiples causas que impulsan los aumentos de precios, como la puja distributiva, la evolución de los precios internacionales y, sobre este sustento, rechaza aplicar una política monetaria que “enfríe la economía”. “Esta es la única forma posible de desarrollo y, lo que es más importante aún, es que hemos podido probar la sostenibilidad del régimen macroeconómico luego del impacto de la crisis internacional durante el 2009”, ejemplificó la funcionaria. En el editorial de La Nación se habla de “nuestro Banco Central”, en referencia ambigua que permite interpretar tanto que se alude al organismo monetario de todos los argentinos o bien a una dependencia históricamente colonizada por el establishment, ahora bajo conducción de una economista que “no está preparada” para ocupar ese lugar.

“Argentina enfrentó la crisis global manteniendo inalterables los fundamentos de su economía, protegiendo el empleo y la producción y está encaminada a profundizar el modelo de crecimiento”, agregó. El año pasado la actividad económica cerró con “cifras contundentes” de crecimiento, baja de desempleo, aumento de la inversión y acumulación de reservas, aun luego de los pagos de deuda realizados. “Mientras tanto, la política monetaria cuidó estrictamente el equilibrio entre la oferta y la demanda de dinero, con el objetivo de aumentar el nivel de remonetización de la economía y extender la cobertura de los servicios financieros”, concluyó la presidenta del Central.