ECONOMíA › LAS TERMINALES ADVIRTIERON QUE PODRíAN FRENAR LA PRODUCCIóN
› Por Cristian Carrillo
Las terminales automotrices podrían detener esta semana la producción en sus plantas en caso de que el gobierno brasileño mantenga las restricciones al ingreso de vehículos y autopartes. La administración de Dilma Rousseff aplicó la semana pasada licencias no automáticas sobre este segmento, como una manera de presionar al gobierno argentino para que agilice el ingreso al país de otros productos brasileños. “Quedamos como rehenes de una discusión que no tiene nada que ver con nuestro sector”, señaló a este diario un alto directivo del rubro. Hasta el momento se encuentran varados en la aduana del país vecino 2700 vehículos de General Motors, Mercedes Benz y Toyota, a los que podrían sumarse unidades de Fiat, Ford y Peugeot que arribarán a más tardar mañana. “Si estos autos también son detenidos en la frontera, las terminales no enviarán más y frenarán la producción”, sostuvo.
De todos modos, directivos del sector automotor especulaban ayer con que el enfrentamiento entre la Argentina y su principal socio comercial dejará afuera a su sector. Las automotrices mantuvieron incluso los pedidos de piezas a Brasil. Las terminales consultadas por Página/12 consideran que esta situación es transitoria, debido al esquema de integración regional y mundial en el que operan las compañías automotrices, pero igualmente advierten que si la solución tarda en llegar, el daño podría ser importante.
Las automotrices diversifican la producción de sus unidades y componentes en distintos países. En la Argentina se produce una gran cantidad de vehículos cuyo destino principal es Brasil y que, debido a las características de los vehículos –motorización, mecánica y elementos de confort que se adecuan a los lugares de destino–, no pueden ser vendidos al mercado interno. Por ejemplo, los vehículos a Brasil están preparados para los combustibles flex. En esta situación se encuentran varias marcas cuyo mercado se explica en casi un 90 por ciento por la exportación. “El 60 por ciento de los vehículos que se producen tienen como destino el mercado externo y un 80 por ciento de ello se dirige a Brasil, lo que determina que el 50 por ciento del total del intercambio comercial con el vecino país esté constituido por automotores”, detalló el titular de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa), Aníbal Borderes.
“Si no se encuentra una solución en las próximas 72 horas se empezarán a parar las plantas de aquellas firmas con mayor perfil exportador. Y la producción que se pierde no se recupera. El sector está trabajando al máximo de su capacidad. Tampoco se puede enviar al mercado local”, explicó a este diario un empresario del sector. En ese segmento se destacan General Motors, Fiat, Ford y, en menor medida, Volkswagen. Algunas de estas empresas no tuvieron hasta el momento problemas, pero saben que a partir de ahora deberán tramitar los permisos con demoras de al menos sesenta días, hasta tanto no se destrabe la situación. “Todavía no tuvimos ningún percance, por lo que todavía no tomamos una decisión”, explicó a este diario un directivo de Fiat, empresa que exporta a Brasil entre 1500 y 2000 unidades por semana.
En Volkswagen afirman que tampoco tuvieron inconvenientes con sus envíos durante este fin de semana. “Tal vez por casualidad, pero el comercio fue normal. Se realizaron tres embarques y hasta hoy (por ayer) sin problemas”, ratificó una fuente del firma alemana. En tanto, Fiat, junto a Ford y Peugeot, tienen en tránsito vehículos que arribarán en las próximas horas a Brasil. “Si éstos también quedan en la aduana brasileña las terminales no van a mandar nada más”, señaló un fuente de una automotriz francesa. “Por eso tenemos el deber de alertar sobre los eventuales efectos que puede generar la aplicación de estas disposiciones (en Brasil) sobre la producción y el empleo”, agregó Borderes, a través de un comunicado, el primero que emite la entidad desde que se conoció el tema.
A pesar de las alarmas, las terminales se manifiestan optimistas. En ese sentido, juegan un rol trascendente las presiones que ejercen las casas matrices. “¿Qué se espera que haga una compañía como Ford, que invirtió mil millones de dólares para producir Focus y Rangers y enviarlos a Brasil? ¿Levantan todo y se van?”, ejemplificaron desde Adefa. Por eso los empresarios creen que la inversión no se verá afectada en el mediano plazo, salvo que se ponga en riesgo la integridad del Mercosur.
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