La empresa Tenaris, perteneciente al Grupo Techint, acordó pagar 8,9 millones de dólares para terminar una investigación de Estados Unidos sobre sobornos a funcionarios del gobierno de Uzbekistán. La causa judicial se inició en 2009, cuando la Comisión de Bolsa y Valores norteamericana (SEC) acusó a la compañía de obtener casi 5 millones de dólares en ganancia tras sobornar a los funcionarios uzbekos por un proyecto para construir oleoductos y gasoductos. Para evitar una mayor exposición pública por este caso, Tenaris hizo uso de un “acuerdo de enjuiciamiento aplazado para recompensar la cooperación”, implementado por la SEC el año pasado. Esta es la primera vez que el organismo estadounidense realiza un acuerdo extraoficial con una compañía pública.

En su comunicación a la Comisión de Valores de Estados Unidos y de Argentina, Tenaris reconoció que hubo “ciertas deficiencias en los registros contables y controles internos”. De esta manera, el fabricante de tubos de acero reconoció su culpabilidad en los hechos denunciados por la SEC.

Tenaris es una empresa controlada por el Grupo Techint, que tiene asiento en Luxemburgo y sus acciones cotizan en Buenos Aires, Milán y Nueva York. Tras alcanzar este acuerdo con la SEC, la compañía tuvo que reportarlo a la Bolsa y a la Comisión Nacional de Valores (CNV). En esa comunicación, la compañía explicó cómo habían sido los actos de soborno.

“Todo surgió a partir de la conducta de ciertos ex empleados de la compañía –que no fueron identificados en el comunicado– pertenecientes al área de ventas regionales relativas a pagos a representantes de una empresa productora de gas y petróleo con control estatal en la región del Mar Caspio”, explicó la compañía a través del comunicado a los órganos de control. Como parte de la maniobra urdida en Uzbekistán, los empleados de Tenaris habían logrado, además, conseguir información de las propuestas rivales en las licitaciones públicas de aquel país.

Lo más llamativo del caso es que la compañía admitió haber cometido un delito, quizá con el objetivo de poder ingresar al “acuerdo de enjuiciamiento aplazado” y conseguir un arreglo extraoficial con la SEC. Para lograr esto, Tenaris tuvo que autodenunciarse. Una de las estrategias de la compañía, impulsada por el comité de auditoría del Consejo de Administración, fue contratar abogados externos para hacer una revisión de las erogaciones cuestionadas.

Es decir que la “autoinvestigación” estuvo en consonancia con la política de la SEC para incentivar que las empresas colaboren con sus investigaciones. Desde el año pasado, el organismo de control norteamericano prevé un mecanismo para alcanzar arreglos extraoficiales con las empresas acusadas de cometer algún delito, acuerdo que fue usufructuado por Tenaris.

En este sentido, el funcionario de la SEC Robert Khuzami reconoció que la compañía se autoincriminó. “Tenaris reportó el incidente de forma oportuna y completa, realizó una investigación interna, brindó cooperación plena en tiempo real y encaró medidas correctivas”, aclaró el funcionario.

Ante esta situación, el fabricante de tubos de acero acordó pagar 5,4 millones de dólares “en devolución de lucros obtenidos e intereses”, mientras que en el acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos acordó pagar 3,5 millones de dólares como “penalidad”. Este fue el primer acuerdo extraoficial alcanzado por la SEC.

En Argentina, el caso de corrupción más sonante que rozó al Grupo Techint estuvo vinculado con el llamado caso Skanska. En 2007, desde el Gobierno se vinculó a Techint en los supuestos pagos indebidos en la construcción del Gasoducto Norte, cuya licenciataria privada es Transportadora Gas del Norte (TGN), donde Techint posee el 15 por ciento de las acciones.