El ex director gerente del Fondo Monetario, que mantiene arresto domiciliario tras ser acusado de intento de violación, rechazó nuevamente los cargos a través de una carta que envió ayer al personal del organismo, en la que asegura que está viviendo una “pesadilla”. Mientras tanto, los investigadores dieron a conocer el hallazgo de rastros de su ADN en ropa de la empleada del hotel que lo acusó de la agresión sexual. Además, se difundió que Strauss-Kahn se “insinuó” el día anterior al supuesto hecho con dos empleadas del hotel neoyorquino en el que se alojaba.

“Estos últimos días fueron muy dolorosos para mi familia y para mí, al igual, lo sé, que para todos en el Fondo. Estoy realmente desolado. Niego en las términos más fuertes posibles las acusaciones en mi contra. Estoy convencido de que se conocerá la verdad y que seré declarado inocente”, es uno de los párrafos más salientes del correo electrónico que envió Strauss-Kahn.

Fuentes de las autoridades que llevan la investigación judicial revelaron que buscó la compañía de dos empleadas del Sofitel. Cuando la recepcionista lo acompañó hasta su suite, Strauss-Kahn le pidió que se quedase para tomar champagne, pero ella declinó la invitación. Posteriormente, llamó por teléfono a otra recepcionista para preguntarle si quería tomar algo con él en su habitación cuando finalizase su jornada laboral. Según esta última mujer, tuvo un actitud “insinuante”. A todo esto se suman los rastros de ADN que fueron hallados en el cuello de la camisa de la empleada que realizó la denuncia, guineana de 32 años, cuya identidad no fue revelada por las autoridades.