Los afiliados al Sindicato de Empleados de Comercio porteño eligieron ayer sus autoridades. Al cierre de esta edición todavía no se conocían los resultados definitivos, pero los partidarios de Armando Cavalieri, histórico titular de la organización, aseguraban que se había impuesto sobre la lista opositora que encabezó Oscar Nieva. Sobre un total de 60 mil trabajadores habilitados, se movilizó para votar alrededor del 20 por ciento del padrón. De acuerdo con las tendencias preliminares que manejaban en ambos sectores, la elección estuvo reñida entre los trabajadores activos, pero entre los jubilados y los empleados del gremio y la obra social arrasó el oficialismo. Las elecciones debían celebrarse a fines de marzo, pero la Justicia laboral las suspendió precisamente por irregularidades en los padrones denunciadas desde la lista opositora. Anoche el equipo de Nieva no descartaba presentar una impugnación. En las próximas semanas el sindicato y las cámaras empresarias acordarán una mejora salarial cercana al 30 por ciento.

Por primera vez desde 1988 las elecciones del sindicato contaron con dos listas, que volvieron a enfrentar a los mismos contrincantes de entonces: Armando Cavalieri y Oscar Nieva. El histórico secretario general de la filial porteña y titular de la Federación de Comercio, quien avaló desde las medidas flexibilizadoras del menemismo hasta las políticas activas de empleo de los últimos ocho años, realizó una campaña de perfil bajo con poca exposición donde convocó a los trabajadores a “defender tus beneficios”. Por su parte, Nieva, quien accedió a su cargo de secretario gremial junto a Cavalieri, se presentaba como una posibilidad de cambio y quiebre con el “sindicalismo empresario y tradicional”. La lista opositora contó en esta oportunidad con el apoyo del titular de la CGT, Hugo Moyano, y el diputado nacional del FpV, Carlos Kunkel.

Los comicios debían realizarse el 23 de marzo pero se suspendieron luego de que la Justicia laboral hiciera lugar a un recurso solicitado por Nieva asesorado por el estudio de abogados que encabeza Héctor Recalde. La oposición denunciaba que los padrones incluían empleadores, trabajadores fallecidos y que en el caso de muchos jubilados no figuraba le empresa para la cual se desempeñaban. Nieva impugnó alrededor de 13 mil personas y el Ministerio de Trabajo avaló el pedido, pero luego revisó su decisión y permitió que más de 9000 votos formaran parte del escrutinio. Anoche todavía no existían precisiones sobre cuántos sufragios serían revisados por la Justicia Electoral.

Durante todo el día alrededor de la Plaza del Congreso se estacionaron los micros escolares que utilizó la conducción del sindicato para movilizar a los trabajadores desde los distintos supermercados y empresas de retail de toda la Ciudad de Buenos Aires. Mientras que en Rivadavia 1445 desfilaban de uniforme los trabajadores de Coto, Disco, Walmart, Jumbo, Carrefour, Easy, Autopistas al Sur, Prosegur y Galerías Pacífico, entre otras empresas, los jubilados hicieron largas colas para votar en Suipacha 84. Las elecciones se desarrollaron sin incidentes de gravedad. Pasadas las 22 se cerraron las puertas de los centros de votación y comenzó el escrutinio. Desde la lista de Nieva aseguraban que el resultado entre los trabajadores activos, que concentran un tercio del padrón, no estaba cerrado, pero reconocían que el cómputo era desfavorable entre los retirados, donde más irregularidades habían registrado, y los trabajadores del gremio.

La elección del sindicato fue, a su vez, escenario de un nuevo capítulo en la disputa de poder entre Moyano y Cavalieri, el más flaco de “Los Gordos”, en el seno de la central sindical. “Con irregularidades se presentó como ganador de la elección un sindicalista que ofrece pañales y entradas para teatro gratis a los trabajadores. Nosotros no ofrecemos descuentos en los cines, defendemos a los trabajadores”, señalaron a este diario cerca del titular de la CGT, donde resaltaban que la lista opositora había logrado un importante caudal de votos. A su vez reconocían que “hace mucho tiempo que no hay internas en ninguno de los grandes sindicatos, más allá del resultado y las irregularidades, es una buena señal”.