El ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, destacó como un hecho importante la candidatura del mexicano Agustín Carstens a conducir el FMI, ya que “rompe las reglas antiguas de que el Fondo debe ser dirigido por un europeo”. “El mundo ha cambiado y hoy existe un equilibrio mucho mayor entre los europeos y los países emergentes”, afirmó Mantega, quien reclamó que dicha situación se vea reflejada en la conducción del FMI.

Carstens permanecerá hasta hoy en Brasil para intentar seguir recogiendo apoyos a su candidatura, tema que se resolvería recién hacia fines de junio. Mañana arribará a Buenos Aires, donde se entrevistará con el ministro Amado Boudou por la tarde. En opinión de Mantega, Carstens es “un candidato con mucha experiencia acumulada, además es un buen compañero del G-20”. Afirmó que su candidatura fue recibida “con simpatía” en muchos países de América latina aunque aclaró que, como en el caso de Brasil, todavía ninguno de ellos le ha ofrecido un apoyo formal.

Carstens, por su parte, defendió en Brasilia que “Latinoamérica en general, y en particular Brasil y México, tengan mayor participación en mandos altos y medios dentro de la institución”.

Aunque de origen ultraortodoxo, Carstens intenta ganarse el favor de los países emergentes, históricamente víctimas de las políticas de ajuste del Fondo. Ayer, en Brasil, hizo una amplia defensa del aumento de cuota y participación de los países emergentes en el FMI, que es el principal reclamo de los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Y también de políticas más flexibles del Fondo, adecuadas a las necesidades económicas actuales. “El FMI debe tener una actitud flexible en cuanto a juzgar las políticas económicas de los diferentes países”, dijo Carstens, quien elogió que el Fondo reconociera recientemente “la validez del derecho de imponer controles de capitales y la posibilidad también de acumular reservas”.