ECONOMíA › GRECIA RENEGOCIARá LA DEUDA PúBLICA CON SUS ACREEDORES PRIVADOS
› Por Fernando Krakowiak
Grecia finalmente reestructurará su deuda pública. El paquete de ayuda que acordó ayer con la Comisión Europea (CE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) incluye como condición la renegociación con los acreedores privados. El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, remarcó que el canje de bonos será voluntario. Así se busca evitar que la medida sea interpretada como un default. Sin embargo, las autoridades europeas ejercerán una fuerte presión sobre los bancos, en su mayoría alemanes y franceses, para que acepten la propuesta.
El plan de ajuste griego contempla un ahorro de 6800 millones de euros este año y 78.000 millones hasta 2015, incluyendo las privatizaciones. La propuesta colmó las expectativas de la CE y el FMI, quienes liberarán los 12.000 millones correspondientes al quinto tramo del crédito de 110.000 millones de euros aprobado hace un año. No obstante, en ese primer plan estaba previsto que Grecia volvería a los mercados el año próximo y ya se descarta que eso sea posible. Por lo tanto, se acordó un segundo plan de ayuda, de unos 60.000 millones, para que pueda hacer frente a sus vencimientos durante 2012, pero los países europeos acordaron que esta vez el costo no sólo lo afronten los Estados.
El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, lo había adelantado a fines de mayo en una entrevista con el diario Bill am Sonntag. “La reestructuración sólo será posible si se garantiza que los acreedores privados no se retirarán de Grecia para que el contribuyente europeo termine haciéndose cargo de todo”, sostuvo.
Los principales acreedores son los bancos franceses y alemanes. Según datos del Banco Internacional de Pagos, correspondientes al tercer trimestre del año pasado, la exposición de la banca francesa trepa a 63.300 millones de dólares y se concentra fundamentalmente en BNP Paribas, Société Gènèrale y Crédit Agricole. En tanto, la alemana llega a 40.300 millones (Commerzbank, LBBW, Deutsche, Hypo Real Estate, entre otros).
La intención no es aplicar una quita nominal al valor de los bonos sino alargar los plazos de los vencimientos. Algo similar a la reestructuración que llevó adelante Uruguay en 2003. En aquella ocasión, el gobierno de Jorge Batlle les ofreció a los acreedores dos opciones, ambas voluntarias: canjear los bonos por otros nuevos con un cupón similar y un plazo de devolución cinco años mayor u optar por un bono con plazos aún más largos, pero con más liquidez, fácilmente transable en el mercado. De ese modo, se logró reducir la carga efectiva de la deuda un 15 por ciento y al poco tiempo Uruguay pudo volver a financiarse en los mercados internacionales.
Sin embargo, la situación griega se presenta más compleja. La deuda equivale al 140 por ciento de su producto interno bruto y este año llegará a 160 por ciento, casi el doble de la deuda uruguaya de entonces. Además, se espera que la recesión continúe debido a los sucesivos recortes que está aplicando Giorgios Papandreu. Por lo tanto, es difícil que Grecia pueda crecer a tasas del 6 por ciento como lo hicieron los uruguayos luego de su reestructuración.
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