ECONOMíA › “EL HAMBRE ES PRODUCTO DE LA POBREZA”, DIJO DOMíNGUEZ EN EL G-20
“El hambre en el mundo no es producto de la volatilidad de los precios, sino de la pobreza y una injusta distribución de la riqueza.” Con estas palabras, el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, abrió su discurso en la reunión del Grupo de los 20, que reúne a países desarrollados y emergentes. El encuentro se desarrolla en Francia, donde se analiza la situación internacional de los mercados de commodities. Puntualmente, Europa propone que se fijen precios máximos para las materias primas agrícolas, posición que es rechazada por la Argentina. “Los precios artificialmente bajos por los subsidios de los países desarrollados han sido una de las causas que desalentaron la inversión agrícola en América latina y Africa”, señaló Domínguez. La contrapropuesta de los países en desarrollo es aumentar la oferta y así evitar la especulación financiera alrededor de los commodities.
Según la agencia de la ONU dedicada a la organización alimentaria (FAO, por sus siglas en inglés), para 2050 el mundo tendrá 9000 millones de personas. Por ende, la producción agrícola debería incrementarse, para esa fecha, en un 60 por ciento. Frente a este escenario, los commodities agropecuarios forman parte de una puja mundial.
“Tenemos que producir más alimentos para más personas, aunque no de cualquier manera, sino de forma sustentable. El 80 por ciento del área cultivada en la Argentina utiliza la siembra directa, lo que permite la simplificación de los costos operativos y mejora en un 25 por ciento el uso del agua”, sostuvo Domínguez durante su exposición en París. La idea de aumentar la producción para evitar la volatilidad de los mercados es compartida por Brasil, principal socio comercial de la Argentina.
Hace diez días, Domínguez afirmó en la Cámara de Diputados que si bien la FAO estaba reclamando un aumento de la producción agrícola mundial del 60 por ciento de aquí a 2050, el país podría ofrecer el mismo crecimiento pero dentro de la próxima década. Esto significaría, según el ministro, alcanzar una producción de 160 millones de toneladas para 2021.
La reunión del G-20, que es una continuación del encuentro que se hizo en Buenos Aires el pasado 19 de mayo, fue inaugurada por el presidente francés, Nicolas Sarkozy. “Un mercado que no está regulado no es un mercado, sino una lotería en el que la fortuna sonríe a los más cínicos”, sentenció el mandatario galo, con un tono intervencionista poco frecuente. Para los europeos, deberían regularse los mercados financieros para evitar la volatilidad de los granos. Una de las claves para entender por qué Argentina se opone a esta política tiene que ver con las retenciones. Los derechos de exportación son un instrumento para obtener parte de la renta agropecuaria que contribuye a sostener el superávit fiscal.
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