El Banco Central, en coordinación con el Nación, secó la plaza financiera de pesos, en una clara estrategia para impulsar la desdolarización de carteras de parte de los privados. El correlato de este accionar pudo verse en la tasa de interés interbancaria, a la cual se prestan fondos los bancos entre sí, la cual llegó a 14,25 por ciento. Esto llevó a que las entidades prefiriesen desprenderse de los dólares para obtener pesos, lo que le permitió al Central absorber 170 millones de dólares, en una rueda que negoció 660 millones en el mayorista. El stock de reservas internacionales del BC quedó en 51.697 millones de dólares. Al público, el billete verde se mantuvo a 4,15 pesos para la venta.