Las dificultades en el abastecimiento de combustibles que surgieron a principios de julio empezaron a ceder lentamente, pero el aumento estacional de la demanda por las vacaciones de invierno y el mayor consumo a causa de la incertidumbre demoran la total normalización. Las empresas y el Gobierno aseguran que no existe una situación de desabastecimiento sino problemas puntuales de distribución que recrudecen por el incremento en la cantidad de conductores que buscan llenar sus tanques preventivamente. Sin embargo, en algunas provincias del Norte las limitaciones para conseguir naftas son mayores. Las autoridades en la costa atlántica y los funcionarios del Ministerio de Planificación aseguran que está garantizada la disponibilidad de combustibles durante el receso invernal en esos distritos. En los últimos días, algunas empresas reforzaron los despachos desde sus refinerías. Los problemas en distintos puntos del país persistirían a lo largo de los próximos diez días.

Al momento de analizar por qué se llegó a esta situación, las firmas petroleras apuntan a los distintos conflictos gremiales en yacimientos de Santa Cruz y Chubut. A medida que se regularizó la salida de crudo, los inconvenientes se trasladaron a la logística. Las empresas admiten que ese escenario junto al incremento de la demanda generan retrasos en las entregas de combustibles. Algunas compañías como YPF comenzaron a reforzar la distribución hacia aquellas localidades y rutas donde sube el consumo en las vacaciones de invierno. Por su parte, desde Petrobras aseguran que sus estaciones no tienen problemas.

A su vez, los límites en la capacidad de refinación son un elemento relevante para comprender el escenario actual. Las empresas señalan que cuando operan a pleno están en condiciones de atender la demanda pero ante cualquier inconveniente dejan al sistema en una situación complicada. Esto evidencia la falta de inversión en ese eslabón de la cadena. En el sector también indican que los procesos de reestructuración y cambios de manos de activos que pasaron distintas compañías –como Esso o Petrobras– son otro factor que colabora con las dificultades de abastecimiento.

“Hay nafta como para que se llenen los tanques en forma normal y tranquila”, enfatizó ayer el subsecretario de Coordinación y Control de Gestión del Ministerio de Planificación, Roberto Baratta. El funcionario de la cartera que encabeza Julio De Vido solicitó a los turistas motorizados que vayan a la costa atlántica que “no hagan colas innecesarias y disfruten las vacaciones despreocupadamente”.

La Cámara de Expendedores de Combustibles de Mar del Plata advirtió, en cambio, que el arribo de turistas “va a profundizar” las dificultades en la provisión de combustible, fundamentalmente en nafta súper y diésel. Sin embargo, el titular del ente municipal de turismo de La Feliz, Pablo Fernández, cuestionó esas afirmaciones. “La provisión de combustible en la ciudad está garantizada. Pudo haberse presentado algún inconveniente aislado con un tipo de nafta específico, por lo cual queremos llevar total tranquilidad a quienes vengan a Mar del Plata”, retrucó. En igual sentido se expresó el intendente de General Pueyrredón, Gustavo Pulti, quien explicó que la cámara que reúne a los estacioneros de ese partido “recomienda que no se espere a último momento para cargar nafta, pero combustible hay; hoy se puede cargar combustible sin dificultad”.

“Nos ocupamos como gobierno de resolver todos los problemas porque tuvimos los datos de YPF de cuánta nafta llega a las ciudades. Pero hay algunos medios que tratan de instalar este tema”, reprochó el ministro de Economía, Amado Boudou, en relación con la falta de combustibles. “Si un ciudadano recibe esa información, va a ir a cargar nafta y se producen las colas”, sostuvo el funcionario. En tanto, el gobernador de Tucumán, José Alperovich, sostuvo que “como hay escasez de combustibles, toda la gente quiere cargar más. Se va transformando en un círculo vicioso porque quieren llenar el tanque por miedo a quedarse sin nafta. Veo que hacen cola, pero hay combustible”. Los problemas se mantendrán al menos diez días más, aunque el Gobierno y las empresas aseguran que no son de gravedad.