El Ministerio de Economía informó anoche que el superávit fiscal primario de junio fue de 933,8 millones de pesos, un 65,6 por ciento menos que en igual período de 2010. Es la cifra más baja en lo que va del año. Los ingresos fueron de 39.507 millones, mientras que el gasto sumó 38.573 millones. No obstante, en el primer semestre los fondos acumulados llegan a 10.892,5 millones, apenas 1,63 por ciento menos que un año atrás. “La política fiscal del Gobierno continúa por la senda del equilibrio, entre el crecimiento de los recursos por la mayor actividad económica interna y, por otro lado, el permanente desendeudamiento del país y el impulso de la inversión social, en salud, en educación y en desarrollo de la infraestructura”, destacó el comunicado oficial.

En lo que refiere a los recursos, el crecimiento obedeció a la recaudación de ingresos tributarios (24.690 millones) y a los aportes y contribuciones a la Seguridad Social (10.468 millones). Entre los tributos volvieron a sobresalir IVA y Ganancias, dos impuestos que suman de la mano del fuerte crecimiento que viene experimentando la economía desde que se diluyó el impacto de la crisis global de 2008.

Por el lado del gasto primario, sobresalieron las “prestaciones de la Seguridad Social”, por los aumentos de haberes otorgados por la Ley de Movilidad Jubilatoria, “Transferencias Corrientes al Sector Privado” por el impacto de la Asignación Universal por Hijo, debido a las mayores coberturas asistenciales administradas por el PAMI, y las compensaciones a los usuarios del suministro de energía eléctrica y transporte. Se destacó también el gasto de capital, básicamente por las transferencias a provincias financiadas con la afectación del 30 por ciento de los derechos de exportación al complejo soja para la realización de construcciones viales, obras públicas e infraestructura básica.

Pese a la fuerte caída interanual del superávit, el comunicado oficial destaca que el Gobierno continúa por la senda del equilibrio al mismo tiempo que se desendeuda e incrementa el gasto público para fortalecer un proceso de crecimiento que ya lleva ocho años y tiene como principal objetivo “el impulso a la producción y el trabajo nacional”.

Argentina alcanzó el año pasado un superávit fiscal primario de 25.082 millones de pesos, un 45,2 por ciento más que en 2009. Para 2011, el Gobierno tenía previsto que el ahorro primario ascienda a 39.751 millones de pesos, equivalente al 2,5 por ciento del Producto Interior Bruto, meta que pareciera difícil de cumplir.