Sin más motivo aparente que la recompra de los mismos activos bursátiles ya suficientemente devaluados, ayer hubo un repunte generalizado en las principales bolsas mundiales, que abarcó desde Wall Street hasta el último mercado europeo. Los indicadores de Nueva York saltaron cerca del 4 por ciento, con tendencia alcista desde el inicio de la rueda, lo cual traccionó a las Bolsas de Europa antes de su cierre. En respuesta a los rumores sobre baja de calificación de la deuda de Francia, que circularon el miércoles y sumaron incertidumbre al mercado, ayer cuatro países de la Unión Europea incorporaron la prohibición de las denominadas “ventas en corto al descubierto”, mecanismo mediante el cual los operadores que apuestan a la baja de un papel “venden” acciones que no tienen, es decir prestadas, contra el compromiso de comprarlas después. Pero a un precio más bajo, si la maniobra resulta.

La Autoridad Europea de Valores Financieros informó que la prohibición regirá desde hoy en Francia, España, Italia y Bélgica. Es una forma de enfrentar “los falsos rumores” restringiendo las maniobras de los especuladores que los hacen circular. No es la primera vez que Europa ejercita este tipo de controles, aunque se confía que esta vez tenga algún éxito. La prohibición se mantendrá por 15 días y alcanza a 11 papeles bursátiles, principalmente bancos y aseguradoras franceses.

De todos modos, no fue ayer una jornada en la que las maniobras de ataque especulativo o los rumores circulantes fueran los grandes protagonistas de la rueda. Las Bolsas europeas cerraron con ganancias medias por encima del 3 por ciento, empujadas, sobre el cierre, por el repunte que se verificaba en Wall Street. Milán ganó un 4,1 por ciento y un par de escalones más abajo (en torno a tres) se ubicaron Francfort, Madrid, Londres y París. Bancos y aseguradoras, los títulos que más habían caído en las jornadas previas, ayer encabezaron la recuperación.

En Nueva York, en tanto, ajenos a una realidad económica cada vez más preocupante, los principales indicadores de la Bolsa mostraron un destacado repunte. El índice de firmas industriales, Dow Jones, observó una recuperación del 3,95 por ciento. El que mide la variación de las empresas tecnológicas, Nasdaq, trepó 4,63 por ciento. No hizo mella en la voluntad y accionar de los inversores bursátiles el dato difundido más temprano, sobre el déficit comercial de junio, que con una cifra de 53.100 millones de dólares resultó 4,1 por ciento superior al del mismo mes de 2010. El significativo salto en el desequilibrio está relacionado, además, con la caída en las exportaciones.

En cambio, la colocación de bonos del Tesoro de Estados Unidos a 30 años tuvo que enfrentar ayer el menor nivel de aceptación en años: en la primera subasta desde el anuncio de la rebaja de la nota de la deuda, sobre 33 mil millones de dólares ofrecidos apenas pudo colocar 16 mil y a una tasa elevada de 3,75 por ciento, 13 décimas más de la esperada por el mercado.

Pese al aparente mayor atractivo de los mercados bursátiles, el oro siguió siendo el activo de refugio más elegido. Durante la jornada llegó a un precio de 1817 dólares la onza, pero la elevación del monto mínimo para operar en el metal dispuesto durante la jornada pinchó la trepada, dejándolo a un valor de cierre de 1751,50.

La Bolsa de San Pablo, en tanto, acompañó esta vez la tendencia positiva con una suba del 3,84 por ciento, aunque en verdad hace tres días que viene evolucionando con un impulso propio que la llevó a revertir con creces el brusco descenso del 8 por ciento del lunes. La información del Banco Central acerca del aumento sin precedentes de las reservas internacionales de Brasil, a una cifra superior a los 350 mil millones de dólares, es un buen motivo para creer en la solvencia de la primera economía latinoamericana para soportar cualquier forma de ataque especulativo.