El dólar aumentó ayer un centavo y cerró a 4,22 pesos, según el promedio de bancos y agencias de la city porteña. En lo que va del mes, la divisa acumula una apreciación de cinco centavos y en el año la diferencia se extiende a 21 centavos, 5,2 por ciento por encima de los 4,01 con que finalizó el último día hábil de 2010. El euro, en tanto, ganó tres centavos y quedó a 6,15 pesos.

La divisa estadounidense había mantenido este año un ritmo de apreciación de entre dos y tres centavos por mes, pero el recrudecimiento de la crisis financiera internacional llevó a la autoridad monetaria a convalidar una leve aceleración. De hecho, ayer no intervino en el nercado y el stock de reservas quedó en 50.041 millones de dólares. En enero subió dos centavos, tres en febrero, uno en marzo, cuatro en abril, uno en mayo, dos en junio, tres en julio y en lo que va de agosto, cinco centavos.

Las minidevaluaciones del peso fueron ganándole terreno al real, pero en el último mes y medio, la administración Rousseff encaró un proceso de devaluación que ya puso a la moneda brasileña en 1,597 por dólar. Es por esto que se espera que el Central permita que la suba escalonada sea a un ritmo mayor, situación que se estaría viendo potenciada también por un componente meramente político. En la city esperaban que el dólar se reajustara después de las elecciones de octubre, pero la amplia ventaja que obtuvo el oficialismo en las primarias hizo que prácticamente se dé por descontada la reelección de Cristina Fernández de Kirchner, lo que estaría llevando al Gobierno a acelerar la devaluación del peso unos meses antes de lo pensado para reducir las tensiones cambiarias, aunque manteniendo la pauta prevista para 2011. El titular del Banco Nación, Juan Carlos Fábrega, había pronosticado un dólar a 4,34 pesos para el cierre de este año, lo que arrojaría una suba de 8,2 por ciento en 12 meses.

Si se toma en cuenta esa proyección, el dólar todavía tiene margen para subir y aun si llega a ese techo quedará por debajo de otras opciones de inversión como el plazo fijo o el oro. No obstante, en momentos de incertidumbre, ya sea por la crisis internacional o la proximidad de las elecciones, muchos ahorristas suelen apostar al dólar porque lo consideran una reserva de valor seguro o para luego fugar ese dinero al exterior. Por eso, el dólar negro trepó durante los últimos meses hasta ubicarse por encima de 4,40 pesos, pese a que a nivel internacional la divisa estadounidense continúa desvalorizándose frente al euro y otras monedas fuertes como el yen.

La Bolsa porteña, por su parte, acompañó ayer al contexto externo más relajado, y apuntalada por el rebote de Wall Street y los mercados europeos (ver aparte) terminó 2,05 por ciento arriba en el lote de las empresas líderes y con mejoras del orden del 0,5 cuando se trató de los bonos de la deuda. La mejora en la Bolsa porteña estuvo acompañada por un volumen de negocios apenas discreto, al movilizar las acciones 44,5 millones de pesos y siempre con una gran concentración de operaciones en unos pocos papeles. Dentro del reducido panel de acciones líderes que actualmente lo componen diecinueve empresas, las subas fueron lideradas por Banco Francés (+4,42 por ciento), Petrobras Brasil (+4,15), Comercial del Plata (+3,77) y Molinos Río (+3,33). Los bonos también cerraron con mayoría de subas. El Discount en pesos, el principal título del canje de la deuda, tuvo una mejora del 0,64 por ciento y el Par en la misma moneda acompañó con una diferencia en ese sentido del 0,36, mientras que el Bogar 2018 quedó 0,56 arriba.