Sáb 03.09.2011

ECONOMíA  › UNA DISPUTA POR EL CONTROL DE REPSOL PODRíA IMPACTAR EN ARGENTINA

YPF en medio de una tormenta

Un grupo de accionistas busca desplazar al presidente de Repsol, Antonio Brufau, y controlar la firma. El ministro De Vido pidió una reunión de directorio para conocer la situación y adelantó que el Gobierno tiene poder de veto en YPF.

› Por Fernando Krakowiak

El Gobierno solicitó ayer una reunión de directorio de YPF para que los representantes españoles informen qué impacto podría tener en la petrolera el cambio en la composición accionaria de Repsol, su sociedad controlante con el 57,4 por ciento del capital. Lo hizo a través del director estatal de la compañía, luego de que se conociera el acuerdo que alcanzaron en España dos accionistas de Repsol para tratar de desplazar a Antonio Brufau de la presidencia. “Esperamos que no se produzca ningún cambio institucional en YPF, y si lo hubiera, tenemos el poder veto”, advirtió el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido. Fuentes de la compañía informaron a Página/12 que convocarán a la reunión informativa para dentro de diez días.

En la última semana se desató en España una fuerte disputa por el control de Repsol. Los accionistas Sacyr y Pemex firmaron el domingo pasado un acuerdo para votar de forma conjunta las decisiones relevantes que se tomen en la petrolera. La constructora Sacyr controla el 20 por ciento de las acciones, mientras que la mexicana Pemex ayer amplió su participación de 5 a 9,4 por ciento y antes de fin de mes la llevaría a 9,8 por ciento. Entre las dos suman cerca del 30 por ciento, cifra que las deja con chances de quitarle el poder a Brufau. Para lograrlo, les alcanzaría con conseguir el apoyo de alguno de los grandes fondos de inversión que en la última junta general de accionistas, celebrada el 15 de abril, plantearon reparos a la gestión del catalán.

Apenas trascendió la noticia, ambas firmas se comprometieron a garantizar la “españolidad” de Repsol. Según dijeron, su primer objetivo es nombrar a un consejero delegado que asuma las funciones ejecutivas de la firma relegando al presidente casi a una función protocolar. Luego se concentrarían en introducir cambios en la gestión para incrementar la cotización de la empresa en el mercado.

El ministro de Industria español, Miguel Sebastián, avaló el martes el acuerdo al decir que “el gobierno no opina ni interviene en operaciones empresariales”. Sin embargo, otras fuentes oficiales dejaron trascender su preocupación y lo mismo hizo el Partido Popular (PP), que tiene amplias chances de ganar la elección presidencial del próximo 20 de noviembre. Cristóbal Montoro, referente económico del PP, cuestionó que se tomen decisiones de tanta trascendencia al final de la gestión de Rodríguez Zapatero, las cuales “pueden condicionar a todos de cara al futuro”.

El principal temor es que Sacyr y Pemex hayan sellado un pacto para desguazar a Repsol. La constructora mantiene una deuda de 12.000 millones de euros con un grupo de bancos españoles, encabezados por el Santander, y se especula con que su presidente, Luis del Rivero, podría impulsar la venta de algunos activos de Repsol para aumentarles la retribución a los accionistas y así conseguir el dinero necesario para cancelar un crédito que vence en diciembre. El diario español El País mencionó el jueves casi como al pasar que Repsol podría desinvertir en Brasil o Argentina, aunque aclaró que esa transacción “sería muy complicada”. Eso explica la reacción del ministro de Planificación Federal, Julio De Vido. “En YPF el Estado argentino mantiene la acción de oro de la compañía, y por eso se le debe informar de cambios en los procesos accionarios”, afirmó ayer al justificar por qué pidió una reunión de directorio extraordinaria.

En la hipótesis del desguace, el interés de Pemex estaría puesto en quedarse con alguno de los activos de Repsol en Latinoamérica. Eso explicaría por qué la petrolera estatal mexicana ahora acordó con Sacyr, luego de haber permanecido alineada históricamente con La Caixa, grupo financiero catalán a cargo de la gestión de la petrolera española.

El titular de Sacyr, Luis del Rivero, es oriundo de Murcia, donde gestó fuertes vínculos con el Partido Popular, pero eso no le impidió ganarse la confianza de algunos hombres clave del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Una muestra de ello es el rápido respaldo que consiguió por parte del ministro de Industria, Miguel Sebastián. El problema es que en la actualidad, el gobierno de Zapatero está en retirada y su apoyo pareciera no ser suficiente ni siquiera para desbancar a Brufau. Por eso, en los últimos días se mencionó en España que Del Rivero le habría ofrecido a Mariano Rajoy, candidato a presidente por el PP, poner a un hombre suyo como consejero delegado de Repsol. Algunos analistas mencionaron a Nemesio Fernández-Cuesta, secretario de Energía del primer gobierno de José María Aznar, quien ya integra la compañía. Fernández-Cuesta es hijo de un funcionario franquista y nieto de uno de los fundadores, junto a José Primo de Rivera, de la Falange Española.

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