La conducción de Repsol solicitó ayer a la Comisión Nacional de Energía (CNE) de España que analice el pacto entre Sacyr y Pemex, dos accionistas minoritarios que firmaron un acuerdo para votar en forma conjunta y tratar de tomar el control de la petrolera.

La constructora Sacyr controla el 20 por ciento de las acciones y la mexicana Pemex, un 9,4 por ciento. Entre las dos suman cerca del 30 por ciento, cifra que las deja con chances de quitarle el poder al actual presidente de Repsol, Antonio Brufau. El ministro de Industria español, Miguel Sebastián, avaló el martes pasado el acuerdo al decir que “el gobierno no opina ni interviene en operaciones empresariales”. Sin embargo, el Partido Popular cuestionó la operación y lo mismo hizo el ex presidente socialista Felipe González. En ambos casos pusieron en duda que la “españolidad” de Repsol estuviese asegurada si Pemex toma el control. Ayer fue el turno de Brufau, quien contraatacó pidiendo la intervención de la CNE, organismo que está facultado para emitir dictámenes vinculantes sobre operaciones empresariales que afectan a actividades reguladas. En este caso, Repsol posee el 31,2 por ciento de Gas Natural, compañía con negocios regulados.