La economía creció en julio 7,6 por ciento de forma interanual y acumula en los siete primeros meses del año un alza de 9,2 por ciento. El resultado de julio se explicó desde el lado de la oferta por el avance de la actividad manufacturera y la construcción, traccionadas por el consumo, la inversión y las exportaciones. Más allá del buen desempeño registrado en la comparación anual, la actividad económica mostró una baja de 1,2 por ciento con respecto a junio, lo que podría ser síntoma de una cierta desaceleración en el crecimiento que tendría lugar hasta fin de año. De hecho, el Gobierno estima que el año cerrará con una suba de 8,3 por ciento, por lo que sería esperable que en los próximos meses el PIB muestre variaciones anuales que ronden entre el 7 y el 8 por ciento, por debajo de los valores de principios de año.

La economía argentina crece empujada fundamentalmente por el consumo privado. La negociación salarial colectiva a través del sistema de paritarias les permite a los trabajadores registrados en el sector privado mejorar su poder adquisitivo, ya que obtienen aumentos salariales que superan a la inflación. Según el Ministerio de Trabajo, el promedio del aumento salarial en paritarias fue de alrededor de 27 por ciento. Esto tiene un fuerte impacto dado el alto nivel de ocupación. De modo similar, pero desde el lado de la política de ingresos, la mejora en términos reales de las jubilaciones también impulsa al consumo, así como también lo hace la Asignación Universal por Hijo.

Una aproximación al comportamiento del consumo en julio se puede observar en el informe de ventas de los supermercados del Indec. En forma interanual, las 65 empresas relevadas mostraron un crecimiento en las ventas de 16,7 por ciento medido en términos constantes. Por su parte, según el instituto de estadísticas, las ventas en los shoppings crecieron un 15 por ciento, reflejo de la tendencia positiva en los ingresos. Por el lado de la demanda externa, las exportaciones en julio crecieron un 22 por ciento, aunque casi todo debido a un aumento de precios. El mayor incremento se observó en productos primarios, con una suba de 32 por ciento, seguido por las manufacturas de origen industrial.

Al observar el comportamiento expansivo de la demanda, los empresarios responden aumentando la producción e invirtiendo en los casos donde la capacidad instalada llegó al techo del nivel de utilización. Las entidades patronales valoran el persistente ritmo de crecimiento económico, que les permite tener previsibilidad. Las medidas de protección comercial, a su vez, generan un nicho de mercado que los industriales aprovechan. Sin embargo, en ciertos sectores advierten que el aumento de las importaciones está perjudicando a la producción local.

En julio, el Estimador Mensual Industrial (EMI) del Indec creció de forma interanual 7,6 por ciento, aunque mensualmente, de forma similar al PIB, mostró una baja de 0,6 por ciento. En la comparación frente a julio de 2010, la industria automotriz creció 20,1 por ciento. En cambio, bajó 11,5 por ciento a nivel mensual, a causa de los usuales parates de mitad de año que realizan las plantas para mantenimiento, factor que contribuye a explicar el flojo desempeño de la manufactura en general contra junio. Las industrias metálicas básicas avanzaron 11,2 por ciento, en especial la producción de acero crudo. En tanto, papel y cartón subió 9,4.

Por su lado, la construcción creció en julio 14 por ciento. El insumo cuya demanda más creció fue hierro redondo, seguido por ladrillos huecos y cemento portland.