ECONOMíA › IMPORTANTE REDUCCION DEL SUPERAVIT DE CUENTA CORRIENTE EN EL PRIMER SEMESTRE DEL AÑO
Las cuentas externas en la primera mitad del año se deterioraron por la creciente compra de dólares de agentes privados, por la remisión de ganancias a sus casas matrices de compañías extranjeras y por el aumento de las importaciones.
› Por Tomás Lukin
Durante los primeros seis meses del año las cuentas externas exhibieron un superávit de cuenta corriente de 797 millones de dólares. El resultado refleja una reducción del 75 por ciento frente al mismo período del año pasado. Ese comportamiento se explica por el menor superávit comercial que generan las crecientes importaciones de combustibles y el elevado nivel de utilidades que envían las empresas multinacionales a sus países de origen. Las operaciones en el frente financiero acumularon durante el primer semestre un déficit de 2028 millones de dólares. La reversión del saldo positivo que se había registrado entre enero y junio de 2010 está explicada fundamentalmente por la creciente fuga de capitales.
La preservación de un resultado positivo en la cuenta corriente es uno de los pilares necesarios para mantener alejada la histórica restricción externa –la falta de divisas que emerge como resultado del crecimiento económico e industrial– en un escenario de incertidumbre financiera global y fuga de capitales. Desde 2002 solamente tres trimestres registraron leves déficit en cuenta corriente, el primero y tercero de 2010 y comienzos de 2011, aunque finalmente fueron compensados a lo largo del año. Al igual que sucedió el año pasado, las exportaciones del complejo oleaginoso y los cereales durante el segundo trimestre permitieron revertir el rojo y alcanzar un superávit. Las ventas externas de autos, fundamentalmente a Brasil, también colaboraron en ese proceso.
Según publicó ayer el Indec, el resultado en cuenta corriente durante el primer semestre del año se compone por un superávit comercial de 7250 millones de dólares, un déficit en la cuenta de servicios por 880 millones de dólares y una salida de divisas por la remisión de utilidades y dividendos por 5212 millones de dólares.
En el frente comercial el resultado refleja que las importaciones crecen más rápido que las exportaciones. Ese desempeño responde fundamentalmente a las crecientes compras externas de combustibles y energía. La cuenta corriente también refleja los abultados márgenes de rentabilidad que obtienen las multinacionales en el país. Con la crisis financiera internacional que golpea sus casas matrices, el giro de esas compañías en el primer semestre del año equivale a los dólares remitidos durante todo 2007.
El escenario de menor dinamismo en la cuenta corriente refleja la necesidad de profundizar el proceso de sustitución de importaciones y repensar la matriz energética, así como la posibilidad de negociar con las multinacionales para que reinviertan una parte mayor de sus ganancias en lugar de remitirlas al exterior. El impacto de esas medidas de mediano plazo permite alejar la restricción externa y así evitar la necesidad de recurrir al endeudamiento externo o limitar el proceso de crecimiento.
El déficit en la cuenta capital y financiera alcanzó los 2339 millones, mientras que en el mismo período del año pasado había alcanzado un saldo positivo de 473 millones de dólares. El egreso neto de divisas entre enero y junio está traccionado por la fuga de capitales. La cuenta del sector privado no financiero, que ofrece una aproximación a ese fenómeno, acumula una salida neta por 3052 millones de dólares. La formación de activos externos, la medición de la fuga que presenta el Banco Central en su balance cambiario, arroja un saldo negativo en el primer semestre por 9800 millones de dólares.
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