ECONOMíA › PRESIóN DEL FONDO MONETARIO Y LA UNIóN EUROPEA
Garantizada la profundización de las medidas de austeridad en Grecia, la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el establishment financiero trasladan su ingeniería del ajuste hacia Italia. Las autoridades del bloque europeo reactivaron ayer los reclamos públicos para que el gobierno de Silvio Berlusconi cumpla con los últimos recortes comprometidos a mediados de este año. Si bien las políticas de reducción del gasto público no implican el fondeo de los organismos multilaterales, la Comunidad Europea y el FMI supervisarán y asegurarán la implementación del programa. En medio de las disputas de poder y las presiones de los mercados financieros, el primer ministro italiano desmintió que fuera a renunciar a su cargo. La tasa de interés de los títulos de deuda de Italia alcanzaron su máximo histórico mientras que las Bolsas abrieron la semana con resultados mixtos. Por su parte, Francia, anfitrión de la última cumbre del G-20, presentó un nuevo paquete de recortes fiscales para asegurar el objetivo de balancear su déficit presupuestario.
Los ministros de Finanzas de la Eurozona se reunieron ayer en Bruselas para acelerar la recapitalización del Fondo Europeo de Estabilización Financiera (FEEF) acordada semanas atrás. Si bien la canciller alemana y el presidente francés impulsaron un acuerdo para ampliar la capacidad del fondo desde 440 mil millones de euros hasta un billón, la iniciativa no prosperó. Ahora la responsabilidad de implementar esa decisión política recayó sobre los 17 ministros de Finanzas de los distintos países miembro, quienes deberían alcanzar un acuerdo antes de fin de mes. Hoy se suman a las reuniones los ministros de toda la Unión Europea.
Mientras los funcionarios de la Eurozona debaten cómo avanzar en la ampliación del FEEF, la Comisión Europea anunció que enviará esta semana una misión de “supervisión” a Italia para controlar la implementación del programa de ajuste. “Es esencial que Italia cumpla los objetivos fiscales, garantice su aplicación e intensifique las reformas estructurales que pueden estimular el crecimiento y la creación de empleo”, sostuvo ayer el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rhen.
A pesar de los pronósticos sobre las medidas de las autoridades europeas se trata de la misma lógica de ajuste aplicada en Grecia: congelamiento de los salarios del sector público, flexibilización laboral, aumento de impuestos, aumento de la edad jubilatoria y privatizaciones. Esos recortes que apuntan a garantizar el balance presupuestario profundizarán la recesión económica italiana, según la visión del arco de economistas heterodoxos. El primer ministro Berlusconi desmintió ayer que estuviera negociando los términos de su renuncia y señaló que someterá al Parlamento italiano la implementación del programa de ajuste. La incertidumbre política y económica junto con las presiones del sector financiero internacional llevaron las tasas de interés para la deuda pública italiana hasta 6,5 por ciento, un nuevo record desde la creación del euro.
Por su parte, el primer ministro francés, Francois Fillon, anunció ayer un nuevo paquete de ajuste. “El objetivo de este lanzamiento es volver a tener un presupuesto fiscal equilibrado en 2016 pese a la ralentización del crecimiento económico”, sostuvo Fillon. Además de recortes del gasto público y la cancelación de beneficios fiscales, las medidas incluyen un aumento del IVA para el sector gastronómico. El nuevo paquete de ajuste se suma al conjunto de instrumentos recesivos presentados por las autoridades galas desde el año pasado.
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