ECONOMíA
› LOS BANCOS TRABAJAN POR CUENTA DEL BANCO CENTRAL PARA QUE NO HAYA ESTAMPIDA
La verdadera explicación del milagro verde
Por un acuerdo de palabra con el Banco Central, las entidades financieras no perdieron sus dólares. A cambio, se comprometieron a usarlos para planchar el valor de la divisa norteamericana hasta que el Fondo Monetario desembolse un préstamo. Ayer, el dólar no superó el techo de los dos pesos.
Por Claudio Scaletta
y Claudio Zlotnik
Ni las liquidaciones de los exportadores ni la intervención directa del Banco Central. Si en los primeros dos días del dólar libre el mercado no fue un caos, contrariando incluso los pronósticos privados de algunos funcionarios, se debió a la existencia de un pacto secreto entre el Gobierno y los principales bancos, y que obligó al Central a dejar en suspenso una resolución oficial que ya había sido divulgada. Después de una semana de feriado cambiario, la moneda estadounidense cotizó en las casas de cambio a 2,10 el lunes y bajó a entre 1,95 y 2 pesos ayer. Según el acuerdo de palabra, las entidades financieras están vendiendo divisas en el mercado. El objetivo es mantener planchado el tipo de cambio durante las próximas semanas, hasta recibir una señal concreta de ayuda financiera por parte del Fondo Monetario. En total están involucrados 800 millones de dólares. Con la maniobra, los bancos podrían embolsar una ganancia de 400 millones de pesos como mínimo.
El mecanismo ideado para sostener al dólar surgió luego de que el decreto 214, publicado la semana pasada, obligara a los bancos a entregar sus dólares al Banco Central a razón de 1,40 por dólar. En total, las entidades financieras poseen alrededor de 800 millones de dólares en efectivo en sus sucursales, lo que en la jerga se denomina “encaje técnico”. También se pesificarían a la misma paridad los 5000 millones que los bancos tienen depositados en sus cuentas corrientes en el Central. Pero a última hora del viernes pasado, una contraorden de Economía obligó al BCRA a dejar en suspenso el mandato de pesificar los 800 millones de dólares. Esos billetes seguirían en poder de las entidades hasta una nueva disposición.
La resistencia de los bancos a entregar sus billetes al Central a 1,40 por cada dólar representó una traba al proyecto pesificador del Gobierno. Pero sobre ese incipiente cortocircuito se montó el acuerdo secreto sobre la intervención de las entidades financieras en el mercado. Los dólares quedarían en poder de los bancos, pero éstos se comprometían a venderlos en torno a los 2 pesos a las casas de cambio para evitar que la divisa se dispare.
El plan dejó satisfechos a las partes. Al Gobierno porque le garantiza la cotización del dólar en niveles razonables sin tener que intervenir con sus reservas. De esta manera, la flotación no es “sucia” sino que la determina libremente el “mercado”. Y a los bancos, porque les permite obtener una ganancia de, como mínimo, 0,50 peso por dólar. Esta diferencia surge de la brecha entre el 1,40 peso que los bancos hubiesen recibido del Central por cada dólar y el 1,90 promedio al que están vendiendo a las casas de cambio, poniendo un techo a la cotización. Cuando las entidades terminen de liquidar los 800 millones de dólares, habrán obtenido una ganancia de al menos 400 millones de pesos.
No es la primera vez que el gobierno de Eduardo Duhalde produce una fenomenal transferencia de recursos mediante una sola decisión administrativa. Ya ocurrió con la licuación de las deudas de los grandes grupos económicos, que dejaron un costo fiscal al Estado de 17.500 millones de dólares. Al tipo de cambio actual, los 400 millones de pesos que embolsarían los bancos representan un monto similar a las comisiones que ya se llevaron por el escandaloso megacanje. Y esto a pesar de que la “nueva alianza” no era con el sector financiero.
El dólar abrió en las casas de cambio a un promedio de 2,20 pesos. Pero, frente a la intervención de los bancos, la cotización fue bajando a medida que avanzó la jornada. Hacia el final de la tarde, la divisa cerró a entre 1,95 y 2 pesos. Por otro “acuerdo de caballeros” con el Gobierno, los bancos no venden dólares al público. Algunos de ellos, como el Banco do Brasil y el Velox, escaparon de la regla colocando a 1,95 peso pero estableciendo un piso de 1500 dólares por cada operación. Una recorrida por las calles del microcentro permitió apreciar menos gente que el día anterior. Como ocurrió el lunes, ayer también las filas más importantes –de hasta 500 metros– se formaron en aquellas agencias que mostraron los precios de compra más atractivos, entre 1,80 y 1,85. Por otra parte, el retroceso del dólar deprimió a las acciones, que ayer bajaron 8,4 por ciento en promedio.
Las exportadoras, que jugarán un rol decisivo en la cotización del dólar, siguen manteniendo una postura cautelosa ante la reapertura del mercado cambiario. Si bien firmaron un acuerdo con Economía, por el cual se comprometieron a liquidar 1000 millones de dólares antes del 31 de marzo, ayer sólo se registraron operaciones puntuales. Los importadores, en tanto, tampoco salieron al mercado a comprar dólares para adquirir mercadería en el exterior. Una fuente del Palacio de Hacienda dijo a este diario que las multinacionales exportadoras “especulan con un salto del dólar. Y por eso se resisten a liquidar las divisas”. Los importadores, a su vez, chocan con las restricciones que les impuso el Central. Sin crédito para financiar las compras y carentes de las medidas reglamentarias para girar divisas al exterior, los agentes están inmovilizados. En el corto plazo, la lentitud burocrática juega a favor del Gobierno ya que no existen presiones alcistas sobre el dólar. Pero en el largo alcance podría profundizarse el desabastecimiento de mercadería, alertan los comerciantes.
A pesar de la intervención de los bancos y las restricciones en el comercio exterior, en la city sostienen que será muy difícil que el dólar ceda demasiado terreno. Miguel Bein, ex secretario de Programación Económica, comentó a este diario que la cotización de equilibrio dependerá de dos variables: por un lado, la emisión monetaria para atender el déficit fiscal y el auxilio financiero a los bancos –teniendo en cuenta que en enero saltaron del corralito 1500 millones de pesos y otros 600 millones en lo que va de este mes–. Por el otro, de si Economía será capaz de crear nuevos nichos de inversiones para que el dólar no sea la única alternativa de inversión de los argentinos.
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