El Gobierno estudia aumentar en varias etapas el precio de las naftas hasta un 40 por ciento, según denunciaron expendedores. De acuerdo con esa versión, las petroleras habrían acordado con la Jefatura de Gabinete una suba que se materializaría en tres etapas a fin de evitar la reacción de los consumidores. Entre tanto, la estrategia consistirá en explicar que se trata de un aumento inferior al demandado para compensar la devaluación. La diferencia igual podría ser compensada por la vía de encontrar un mecanismo de retención a las exportaciones que resulte favorable a las petroleras. Desde las empresas negaron que se vayan a producir aumentos, aunque reconocieron que la devaluación que se habían comprometido a “absorber” era la que llevó el dólar a 1,40 peso y no la actual.
A pesar de la caída en la recaudación de enero y la proyectada de febrero, el Gobierno no parece apurado en aplicar las retenciones a las exportaciones de petróleo autorizadas por la Ley de Emergencia Económica. Las petroleras, que en principio se habían comprometido a no trasladar a los precios la devaluación del 28,5 por ciento determinada por el dólar oficial a 1,40 peso, cambiaron de perspectiva con una divisa que duplicó su valor. Al igual que el resto de las commodities, las naftas aumentarán inexorablemente, argumentan. Su apuesta, entonces, es utilizar la “razonabilidad” de este aumento para compensar lo que deberán erogar por la Ley de Emergencia Económica. En contrapartida, a pesar de que el crudo duplicó su precio en pesos, se aplicarían aumentos de “solamente” el 40 por ciento, según denunciaron expendedores. Para evitar la reacción de los consumidores, la suba se fraccionaría en tres etapas. Al fin y al cabo, el decreto 1212 desreguló el mercado, el precio es libre y el barril de crudo de referencia duplicó su precio en pesos.
En cuanto a los precios, resulta difícil no tener presente la experiencia brasileña, donde también existe un mercado oligopólico. Cuando el real tenía paridad 1 a 1 con el dólar, el litro de súper costaba 0,80 real. Con el dólar a 2,40, la súper se fue a 1,85 real. Y eso que la de Brasil fue una “devaluación exitosa”.